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España

El adiós de diputados históricos certifica el fin de ciclo político

La marcha del Congreso en esta legislatura de diputados que han desempeñado un papel clave en la historia reciente, como los socialistas Alfonso Guerra, Manuel Chaves y Alfredo Pérez Rubalcaba, ha certificado el fin de un ciclo político en España

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  • Alfonso Guerra. -

La marcha del Congreso en esta legislatura de diputados que han desempeñado un papel clave en la historia reciente, como los socialistas Alfonso Guerra, Manuel Chaves y Alfredo Pérez Rubalcaba, ha certificado el fin de un ciclo político en España.

Aunque está por ver el alcance de la renovación generacional en las filas del PP, ya han anunciado su baja veteranos como Juan Manuel Albendea -que por ser el diputado más mayor (78 años) presidió la mesa de edad que abrió la sesión constitutiva de las dos últimas legislaturas- y Vicente Martínez-Pujalte -cuyas actividades profesionales han sido cuestionadas por la oposición tras 24 años en su escaño-.

Tampoco repetirán, después de varias décadas ligados al Congreso los 'populares' Eugenio Nasarre y Celina Sánchez, ni Andrea Fabra, la hija del expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra -en la cárcel por fraude fiscal- que en julio de 2012 gritó desde su escaño "¡que se jodan!", en referencia a los parados a los que el Gobierno iba a reducir la prestación.

Una vez abierta la espita en el PP, las miradas más renovadoras se dirigen a parlamentarios con escaño desde hace más de treinta años, como Celia Villalobos e Ignacio Gil Lázaro.

No obstante, los "reservistas" del PP, como se autodenominaba esta semana el ministro José Manuel García-Margallo, siguen a disposición de Rajoy -que a sus 60 años lleva 32 como diputado-, enarbolando la bandera de la experiencia.

En esa tesitura se encuentran, además de Margallo, el propio presidente del Congreso, Jesús Posada, y la exalcaldesa de Cádiz Teófila Martínez.

Otros veteranos del PP como Federico Trillo, Miguel Arias Cañete, Juan Carlos Aparicio y Ramón Aguirre han ido abandonando el Parlamento durante este mandato, si bien están ocupando otros cargos públicos.

Es el caso también de Rosa Aguilar en el PSOE y Gaspar Llamazares en IU, refugiados en la política autonómica tras formar parte de una época del parlamentarismo nacional.

Por el ámbito regional han optado políticos que tampoco repetirán en el Congreso la próxima legislatura y que en los últimos años han llegado a ser referentes habituales de la actividad en esta cámara, como la presidenta de Navarra, Uxue Barkos (Geroa Bai) y el portavoz de ICV, Joan Coscubiela, uno de los cinco electos del Parlamento catalán, junto a Joan Josep Nuet (EUiA), Antonio Gallego (PP), Alejandro Fernández (PP) y Marc Solsona (CDC).

La muerte este verano de un muñidor de acuerdos trascendentales para la configuración de la España actual como Txiki Benegas es otro de los hitos del cambio de etapa que ya había anticipado un año antes el también socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, al anunciar su retirada tras más de 30 años en política.

Tras Rubalcaba, fue Alfonso Guerra el que dijo adiós el noviembre pasado, después de haber ocupado un escaño durante casi 40 años de forma ininterrumpida, lo que le convertía en el diputado más antiguo.

Otro diputado constituyente, el expresidente andaluz Manuel Chaves fue el siguiente en abandonar, en su caso por su imputación en el caso de los ERE, al igual que los también socialistas andaluces Gaspar Zarrías y José Antonio Viera.

Ministros destacados del zapaterismo, como Jesús Caldera y Trinidad Jiménez, hicieron lo mismo meses después en las filas del PSOE, partido que mejor encarna por el momento el cambio de etapa.

Aunque solo ha sido diputada las dos últimas legislaturas, la exsocialista y fundadora de UPyD, Rosa Díez, engrosa la lista de políticos con un lugar en la historia reciente de la democracia española que no repetirá en las elecciones generales del 20 de diciembre, al igual que el representante del PNV Emilio Olabarría, en su caso con un papel activo en el Congreso durante casi tres décadas.

Entre quienes no han desvelado aún cuál será su futuro, adquiere un simbolismo especial el catalán Josep Antoni Duran Lleida -diputado en seis de las diez legislaturas transcurridas desde la Transición-, ya que, si bien todo apunta a que no seguirá la estela de los que dejan paso a otros, es una incógnita si Unió en solitario logrará votos suficientes para mantener su presencia en el parlamento español.

También los hay que en tiempos convulsos nadan a contracorriente y que, después de renunciar a su escaño en esta legislatura de fin de ciclo, apuestan por volver en la próxima, como Carmen Chacón (PSC) y Toni Cantó, que tras abandonar una UPyD a la deriva tiene prácticamente asegurado el sillón por Valencia en representación de Ciudadanos.

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