No solo de atún se compone nuestra gastronomía. La mayoría de las veces nos olvidamos de las terneras retintas, esas mismas que tantas veces se han fotografiado en nuestras playas y que pueblan los campos jandeños. Sin embargo, los hermanos Genaro y Jesús Arévalo Terán las tienen muy presentes, e incluso tienen un bar en el que les rinden homenaje, El Retinto.
Este establecimiento abrió sus puertas como tal el 10 de abril de 2014, y desde entonces se ha convertido en un lugar de referencia en Barbate donde comer la carne de Retinto en las múltiples variantes con las que cuenta su carta. Las propuestas llegan a la mesa fundamentalmente en forma de tapa, tan generosa que hasta incluye acompañamiento. Entre sus especialidades se encuentran el solomillo a la Genara o el retintón acompañado de espárragos y queso. “Hice la carta al revés: primero puse los nombres y en base a eso hice el plato”, bromea Genaro.
La variada oferta se completa con parrilladas, hamburguesas de buey, tostas, y una pequeña inclusión de salazones y atún, “por llevar en la carta un poco de la identidad de Barbate”, afirma el propietario. “También trabajamos muy bien con las sugerencias fuera de carta, como el solomillo con nueces y gorgonzola que nos piden mucho”, destaca. Otro valor más de El Retinto es que, como cuenta Genaro, “tenemos distribuidores de carne certificada cien por cien de Retinto”. Él mismo junto a su equipo de cocina se encarga de la elaboración de cada plato con esta materia prima de calidad, de manera que “aquí lo único congelado es el hielo”.
Con motivo de las fiestas navideñas, también ofrecen menús para reuniones y comidas de empresa que oscilan entre los 15 y los 25 euros, “aunque también los hacemos personalizados”.
Una vieja idea
La idea de abrir el negocio surgió tras algunos tropiezos. Genaro venía de cerrar otro establecimiento azotado por la crisis y Jesús tenía una cafetería en la calle Remigio Sánchez (junto al colegio Baessipo) en la que daba desayunos pero que no acababa de funcionar. “Teníamos que cambiar el chip o nos íbamos a Kenitra”, dice Genaro.
Entonces comenzaron a darle vueltas a la vieja idea de abrir un bar de carne de Retinto “que no existía en Barbate, siendo una cosa de aquí”. El concepto lo tenían claro: “dar tapas exclusivas dentro de la oferta que hay en el pueblo”, comenta Genaro. Y así nació el bar tal y como todos los barbateños lo conocen hoy, de forma que “de tener un viernes un bar en el que no entraba nadie, a abrir un lunes con otra cosa y tenerlo lleno” afirma el propietario. Además de los hermanos Arevalo, el equipo lo completan Soto, Christian y Manolo.
Y desde entonces no se quejan, ya que la respuesta de la clientela ha sido muy favorable y la calidad ha convertido El Retinto en un lugar único dentro de la oferta gastronómica de la localidad.
