Un salón de juegos clandestino sobre las tablas del Falla para cerrar la séptima sesión. La comparsa de Conil nos trae un grupo que suena afinado y trabajado. Presentación con mucha garra y cantada con el alma. La música del pasodoble parece continuación de la presentación y da sensación de repetición. Primera letra, algo enrevesada, para contar la evolución del Carnaval desde su juventud y como ha evolucionado hasta nuestros días, convirtiendo a las buenas agrupaciones en "prostitutas de los contratos". Segunda letra bastante original, es un hilo de pensamiento sobre la inspiración para escribir un pasodoble y los temas a los que está cansado de escribirle. Original y audaz.
Los cuplés pasan trámite, a pesar de no levantar risas, son interesantes de escuchar. El primero de ellos nos explica como ligan a través de la aplicación de mensajería Whatsapp. Vuelven a ser originales con la segunda letra para explicar su mala suerte de cantar en la sesión entre el 15 y el 17. En el popurrí juegan una partida de cartas para explicarnos las injusticias de la vida. Muy al tipo. Una agrupación que se destaca del resto junto con la chirigota del Barrio en una sesión que no estuvo afortunada.
