De los 28 cadáveres que han sido recuperados hasta ahora del mar, 16 llegaron ayer al puesto de avanzada montado en el aeropuerto del archipiélago de Fernando de Noronha, en donde expertos en dactiloscopia iniciaron las tareas periciales previas antes de trasladarlos a Recife.
Desde esa ciudad del nordeste de Brasil la Marina y la Fuerza Aérea dirigen las operaciones de rescate y será allí también donde los forenses brasileños, con la colaboración de especialistas franceses, identificarán a las víctimas con la ayuda de fotografías, muestras de ADN y registros odontológicos, entre otros datos.
En principio, los cuerpos fueron analizados en un hangar del aeropuerto de Fernando de Noronha por ocho especialistas de la Policía Federal y de la Policía Civil del estado de Pernambuco.
Según fuentes oficiales, en Fernando de Noronha se hará la “catalogación” de las ropas y de los objetos personales de cada víctima rescatada, se tomarán sus huellas digitales y se retirarán muestras de tejidos que puedan servir para comparaciones genéticas.
Los cadáveres serán trasladados posteriormente a Recife en un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Brasileña. Los cuerpos de estas víctimas fueron trasladados por la fragata Constitución hasta un punto en alta mar a unos 50 kilómetros de Fernando de Noronha, y allí fueron transferidos a dos helicópteros, un Black Hawk y un Super Puma.
El portavoz de la Fuerza Aérea presentó ayer las fotografías de una pieza metálica retirada del mar que al parecer es parte de una de las alas del Airbus, pero aclaró que sólo el fabricante puede confirmar a qué parte corresponde.
Hoy está previsto que llegue el submarino francés Emerade para buscar la caja negra del aparato.