Antonio Macías es ingeniero de caminos y empleado del Ayuntamiento de Jerez desde hace 27 años. En la sesión plenaria del pasado 30 de junio pidió tomar la palabra en el turno final. Lo hizo para compartir su experiencia como empleado municipal, pero sobre todo para dejar encima de la mesa una serie de cuestiones que tienen su origen en el análisis del funcionamiento del propio Ayuntamiento. En su opinión, no sólo es mejorable, sino que es posible otra organización que redunde en la mejora de la gestión de los servicios municipales básicos que deben prestarse a los ciudadanos. Al final de su intervención recibió un sonoro aplauso, aunque su intención no era ésa, sino la de abrir un debate en el que tienen cabida muchas preguntas de las que intuimos o desconocemos las respuestas: ¿desconocen los gestores municipales la realidad de los servicios?, ¿se puede mejorar el control sobre las concesionarias?, ¿son necesarios más técnicos y menos burócratas dentro del organigrama principal del Ayuntamiento?, ¿está la paz social por encima del interés general de la ciudad?... La crítica al discurso planteado es fácil: barre para casa, pero tampoco es cuestión de desmerecer las aportaciones realizadas. Lástima que su intervención no prosiguiera con la opinión de quienes de verdad tienen algo que decir al respecto.
Antonio Macías, que empezó advirtiendo que sus planteamientos son “tema de gestión, no un tema político” -figuraba como número 11 en la candidatura municipal de Ciudadanos-, resaltó que el aspecto central pasa por “la falta de idoneidad de la actual organización del Ayuntamiento para atender la gestión de los servicios municipales básicos”, ya que entiende que han llevado a la “desatención de los ciudadanos”. En su opinión, “más que orientado a la ejecución propia de un ayuntamiento”, cuenta con un organigrama “consultivo orientado a la asesoría y auditorías”. Así, resaltó que de los 30 miembros identificados en el citado organigrama, 27 pertenecen a las ramas de Humanidades y Economía y otros tres son de perfil técnico, “nunca ligados a tareas ejecutivas de mando en tropa y ejecución de obras”.
Según expuso, esto deriva en que “estamos regidos por una organización con desconocimiento por los gestores municipales de la realidad de sus servicios”, ya que se ha “prescindido de los profesionales expertos, lo que elimina factores de competitividad con las empresas concesionarias y pone la calidad del servicio en manos de éstas”.
Para Macías, “se ha perdido el enfoque sobre la misión básica de un Ayuntamiento como órgano de gestión de las necesidades de una comunidad de vecinos, y con ello la defensa prioritaria de sus competencias propias e ineludibles. El todo no es el Ayuntamiento, es sólo la parte, la ciudad es el todo”.
“La Organización vigente -prosiguió- tiene como objetivo sortear las auditorías de gestión con la mejor nota posible y aquellas otras que suponen mes a mes superar la sesión de pleno y abonar las nóminas y si es posible así agotar la Legislatura. La Organización ha sido laminada como consecuencia de la imposición de legislaturas cómodas, asociadas a prebendas a determinados colectivos en detrimento del resto y de los ciudadanos, prevaleciendo sobre el interés de la ciudad”.
En este sentido, concluyó afirmando que “se hace necesario, imprescindible más bien, reconstruir la organización, y entre otras medidas, rediseñar el actual organigrama municipal para orientarlo al cumplimiento de los servicios básicos del Ayuntamiento”, lo que implicaría incorporar un área técnica y operativa en colaboración con las áreas ya presentes “en favor de la eficiencia de las actuaciones municipales”. Dicho lo cual llegaron los aplausos, aunque la pregunta que seguirá haciéndose es “¿y ahora qué?”.
En busca de la “libertad auténtica”
En su intervención, Antonio Macías partió de una situación ineludible: la intervención de facto del Ayuntamiento de Jerez. Un argumento que utilizó para fortalecer su análisis, ya que sostiene que “en un ayuntamiento intervenido, la organización es el único grado de libertad que nos queda para invertir esta situación”. “Utilicemos al máximo los medios, con eficiencia y eficacia, lo importante, nuestro éxito como ciudad, sería la sencillez en la organización, restituir la confianza en la misma, restituir los principios de ascendencia en el mando y la responsabilidad a lo largo de toda la cadena organizativa”.
