“Allí enfrente está el siglo XXI pero aquí vivimos en el XIX”. Las palabras de Santiago, un vecino de La Hijuela de la Marquesa señalando a la Ciudad de los Niños ilustran a la perfección la situación tercermundista en la que viven una veintena de familias -originariamente eran 37- al carecer de agua potable y alcantarillado y vivir en unos terrenos que sin urbanizar. Casi todos son mayores, y algunos están enfermos y empiezan a tener problemas de movilidad, lo cual no impide que a diario tengan que dar “dos o tres viajes” a la fuente comunitaria de agua potable que les instalaron en 2004 después de acudir al Defensor del Ciudadano. Este punto de agua, a 20 metros de sus casas, fue una pequeña victoria a una batalla que acabaron ganando tras protestar apoyados por Iniciativa Progresista Jerezana. Finalmente, el Ayuntamiento, entonces con el exalcalde Pedro Pacheco al frente de Urbanismo, instaló la fuente como una solución provisional de seis meses que ya dura casi 12 años.
¿Qué paso? Que llegó la crisis y las empresas constructoras interesadas en unos terrenos “muy golosos” para comprar y urbanizar la zona se echaron para atrás, sin que tampoco llegara a haber acuerdo con los vecinos, que ahora se encuentran aislados entre dos urbanizaciones en la zona este como son La Marquesa y la barriada del Rocío, con la Ciudad de los Niños en la acera de enfrente. “Estamos en el limbo, en tierra de nadie, y esto se ha quedado sin asfaltar, y no te digo nada cuando llueve”, comenta una señora indignada que recuerda que ellos pagan los impuestos “como el resto de ciudadanos”.
“Es una vergüenza que en los tiempos que estamos vivamos así”, señala otra vecina lamentando su suerte. “Mi pozo se ha secado y es que no sale ni agua por el grifo, con lo que tengo que duchar a mi marido de 88 años y enfermo de Alzheimer con cubos de agua. ¿Hay derecho a esto?”, se queja.
Saben que urbanizar su enclave donde hay parcelas de entre 1.500 a 2.000 metros es costoso y no pueden hacer frente a este proceso, pero lo que piden es que igual que se hizo con la fuente, un ramal enlace con la tubería general y a cada propietario se le coloque su contador de agua. Una opción que es factible y de la que, según relatan ellos mismos, ya disfruta un vecino a pocos metros de sus casas familiar de un delegado del anterior Gobierno local. “Si a él se le ha permitido a nosotros también ¿no?”, se preguntan mientras hacen cola en la fuente para llenar sus garrafas de agua, un ritual que ya les agota. De momento han recurrido a Antonio Conde, al postularse como Defensor del Ciudadano y tener apoyos ya de más de 100 colectivos, para reivindicar su problemática, pero tienen claro que si su denuncia a la opinión pública no surte efecto, se decantarán por acciones de presión más fuertes.
Díaz: “Hay que dar una solución definitiva a estas familias”
Hace justamente un año por estas fechas, el delegado de Urbanismo, Francisco Camas, y el delegado de Sostenibilidad, Infraestructuras y Movilidad, José Antonio Díaz, se desplazaban hasta la Hijuela de la Marquesa para interesarse por la situación de estas familias. Entonces, el propio Camas resaltaba que paradójicamente se tratase de un núcleo rural situado una zona “muy urbanizada”, junto a la Ciudad de los Niños. “Desde Urbanismo se va a analizar globalmente la situación de esta zona y las circunstancias de cómo se ha llegado a esta situación y, por supuesto, se va a trabajar para encontrar una solución para los vecinos ya que es inadmisible que en pleno siglo XXI y dentro del núcleo urbano haya una zona de viviendas sin agua potable ni alcantarillado”, señaló al respecto.
Díaz, por su parte, se comprometía a no dejar el caso y avanzaba que se estaban haciendo “gestiones” con la empresa Aquajerez para analizar la situación y ver de qué manera se les puede suministrar agua potable a estos vecinos “ya que este suministro de agua debe ser una prioridad”. Nos parece una situación tercermundista que haya un núcleo de población que, por las circunstancias que sean, se encuentren sin agua potable en sus viviendas”. Unas afirmaciones en las que se mantiene a día de hoy, asegurando que hay que dar “una solución definitiva” a estos vecinos y calificar de “lamentable” que todavía hoy se den estas situaciones en Jerez y que los gobiernos anteriores no le hayan metido mano.
Si bien en estos momentos es imposible que el Ayuntamiento y los vecinos asuman la urbanización de los terrenos, cuyo coste rozaría los dos millones de euros, Díaz sí ve factible soterrar una tubería y llevar la acometida del agua a cada casa y colocar contadores individuales. Una opción “asequible” y que cada familia podría costearse de su bolsillo. El futuro desarrollo urbanístico de este enclave, al que el Ayuntamiento de Jerez no renuncia, obligaría además a crear una junta de compensación, un proceso que además implica la “unión de los vecinos” .