El suceso tuvo lugar en plena calle hacia las 07.00 GMT y las primeras investigaciones no relacionan el hecho con un ataque lanzado por miembros de grupos islamistas radicales.
El hombre era un sexagenario que trabajaba en el país para la ONG internacional World Vision y se encargaba de las condiciones de los detenidos en la prisión de la capital.
Se trata del primer asesinato de un extranjero cometido en Mauritania desde diciembre de 2007, fecha en que cuatro turistas franceses murieron en un ataque.