Fueron la tercera fuerza más votada en las pasadas municipales, pasando de la calle al salón de plenos. Han tenido que aprender a marchas forzadas cómo es el juego de la política municipal, pero no por ello han rebajado el tono. O han cambiado sus hábitos, haciendo de las camisetas protesta su mejor uniforme también dentro de las instituciones.
Hace unos días rendíais cuentas en una asamblea general, ¿qué sensaciones recogiste?
–Buenas, la tuvimos que posponer por la salida de un concejal y algunas irregularidades que son conocidas que han provocado una sensación incómoda para Málaga Ahora. Tenemos muchas ganas de seguir trabajando, ha quedado demostrado que seguimos con fuerzas con la campaña de Playas Limpias, el arbolado o las jornadas que tendremos el 16 sobre cláusulas sociales y contratación responsable.
Poníais sobre la mesa si habéis sabido trasladar los movimientos de la calle o la institución os ha devorado...
–Hay que reconocer que la institución absorbe mucho, pero somos un colectivo plural y diverso muy concienciado por lo que ocurre en Málaga. Los consejos vecinales y foros sectoriales están muy implicados.
¿En qué sentís que habéis dejado huella, de momento, en el Ayuntamiento?
–Ha cambiado la forma de ver las cosas, incidimos mucho en la transparencia y creo que estamos marcando hitos. En el tema de la participación, algo fundamental, con asuntos como la propuesta de la consulta popular en los terrenos de Repsol que fue valiente y abre un camino nuevo sin explorar en el Ayuntamiento de Málaga. Es una forma de trabajar para diseñar un estilo de ciudad acorde con todos, y no desde arriba.
Aseguráis que mantenéis la misma ilusión pero ha habido también sombras, como la marcha de Espinosa, ¿cuál es la relación actual? ¿En qué ha quedado el embrollo de facturas y guerra de titulares?
–La relación es fría, para que vamos a decir otra cosa... también por las formas por parte de algunas personas, que no han sido las correctas. Había un problema con las cuentas y seguimos el camino por subsanar cualquier error que tengamos, en este caso hemos hablado con el interventor y hasta hemos contratado una auditoría para que lo estudie. Pero tenemos claro que nuestro objetivo es Málaga, el municipalismo tiene sus principios muy claros y si nos alejamos, dejamos de ser lo que veníamos a hacer.
¿Podemos intentó comerse a Málaga Ahora?
–Podemos no, pero determinadas personas usaron el nombre de Podemos para instrumentalizar Málaga Ahora. La afinidad con Podemos es muy grande, tenemos objetivos comunes pero queremos mantener la autonomía que nos diferencia. Así no tienes que estar pendiente de que alguien te autorice desde Sevilla, Madrid u otra ciudad cuando te centras con temas de tu ciudad y tus vecinos. Hay personas que han querido confundirlo.
Para usted, ¿qué ha sido lo más difícil hasta ahora?
–Al principio, sobre todo, los medios. Antes eras una persona anónima, ahora con el nivel de autoexigencia te impone. También la burocracia del Ayuntamiento, cuando descubres a qué partes quieren que no llegues. Somos gente corriente preocupada por los problemas de la ciudad, pero no teníamos ni idea de cómo se trabajaba aquí. Las prácticas arbitrarias son más habituales de lo que podía imaginar. Estar siempre en el límite de lo legal y lo alegal es muy frecuente. Estrategias torticeras para evitar cumplir un mandato como en el caso del Bosque Urbano, ese tipo de actitudes no nos lo esperábamos.
Ya estamos con la vista puesta en los presupuestos, ¿cuáles van a ser vuestras líneas estratégicas para 2017?
–Nos queda otra asamblea para definir esas líneas, pero trabajaremos en un plan de emergencia, temas de género para mitigar el impacto de las mujeres o la democratización de la administración.
El metro, Guadalmedina, Limasa, Astoria, La Mundial..muchos temas pendientes, ¿a usted también le da la sensación que vivimos en un eterno día de la Marmota?
–Tengo esa lista de grandes proyectos pendientes o fallidos que vienen por una falta de visión de un proyecto de ciudad. Se ha actuado a base de sacar grandes proyectos para impresionar sin encajar en la realidad de la ciudad. Nosotros trabajamos en el derecho de la ciudad para que participen en ese futuro. Acabar con el urbanismo especulativo y recuperar el espacio público o una ciudad medioambientalmente sostenible. Donde todos nos sentimas incluidos.
¿Se ve Ysabel Torralbo como alcaldesa de Málaga, al estilo de Colau en Barcelona o Carmena en Madrid?
–Nunca llegué a la política para ser alcaldesa, sino para participar en ella. Si somos un gran equipo, con la ciudadanía que va exigiendo y determinando por dónde tienes que andar... no me da vértigo. No es una ambición personal, sería una necesidad para que los vecinos participen y actúen en hacer más habitable Málaga. Cualquier persona motivada, con interés y con mucha participación puede tener un papel importante en su ciudad. De forma temporal, no entiendo la política para jubilarte en el cargo.
Pongámonos en el caso, ¿cuál sería la primera medida que tomaría?
–Abriría la participación a los malagueños y escucharía al personal de la casa, del Ayuntamiento, que también conoce muy bien la ciudad y pueden aportar soluciones.