Más un centenar de habitantes de la ciudad de Gori, situada a unos 80 kilómetros al este de Tiflis, se congregaron hoy en un mitin para recordar el 137 aniversario del nacimiento en esa localidad del dictador soviético Iósif Stalin.
"A Stalin lo acusan de todos los pecados, pero es parte de nuestra historia; es el hombre más grande que ha dado Georgia, derrotó el fascismo. Nosotros simplemente honramos su memoria", dijo en conversación telefónica con Efe el líder de los comunistas de Gori, Alexandr Lursmanashvili, de 62 años.
Según Lursmanashvili la mayoría de los habitantes de Gori, ciudad natal del dictador soviético, exigen la restitución de la estatua de Stalin de siete metros, que se hallaba junto a su museo y fue desmontada en 2010, tras ser tachada de "símbolo del imperialismo ruso" por las autoridades de la época.
"Hemos reunido 27.000 firmas en favor de la restitución del monumento. Estamos hablando de la mitad de la población de Gori", dijo el dirigente comunista, que confía en que para el centenario de la revolución bolchevique de 1917 la estatua podrá ser devuelta al museo.
De momento, las autoridades se niegan a dar su consentimiento, amparándose en el Acta de la Libertad, adoptada en 2011, que prohíbe la simbología soviética.
Los comunistas georgianos cifran sus esperanzas en que el Ministerio de Cultura catalogue la estatua de Stalin como pieza de museo, el único resquicio legal que permitiría su recuperación.
La directora de Casa-Museo de Stalin, Ninó Pisadze, dijo a Efe que la recuperación de la estatua ayudaría a incrementar considerablemente el número de turistas que visita Gori, que ya este año aumentó de manera considerable.
"En los últimos once meses hemos tenido 89.000 visitantes, casi el doble que el año pasado", añadió.
