Casi 14 millones de sirios viven, cuando se cumplen seis años del estallido de la guerra en su país, con "la única esperanza de llegar al día siguiente" y, mientras las necesidades no paran de aumentar, las ONG se resignan desesperadas a "dar lo que se puede, no lo que se debe".
Un conflicto que "ha destrozado un país entero" y que se ceba principalmente con los más pequeños, que llevan todos estos años sin escuela, sin una atención médica regular y padeciendo el recrudecimiento de la actividad militar, comenta a Efe el responsable de la respuesta de Médicos sin Fronteras en Turquía, Aitor Zabalgogeazcoa.
El 2016 ha sido especialmente cruel con los niños, convirtiéndose en el año con más casos verificados de asesinatos, mutilaciones y reclutamiento: según Unicef, al menos 652 pequeños fueron asesinados, un 20 por ciento más que el año anterior, y 255 de estos crímenes se cometieron en o cerca de una escuela.
Otros 850 pequeños fueron reclutados para combatir, más del doble que el año anterior, llegando en ocasiones a hacer de ejecutores, terroristas suicidas o carceleros.
Sin embargo, Unicef alerta de que las dificultades de acceso a muchas partes del país, en las que viven 2,8 millones de menores, impiden una valoración exacta del sufrimiento que padecen cada día, sin contar con la imposibilidad de proporcionarles la ayuda humanitaria.
La situación es tal que el trabajo infantil, la prostitución, la explotación laboral y los matrimonios tempranos son las únicas salidas que encuentran para sobrevivir muchas de las víctimas de este conflicto, que desde el 15 de marzo de 2011 se ha llevado por delante la vida de casi medio millón de personas, 16.000 de ellas menores, según Save the Children.
Pero hay otras cifras aterradoras: 13,5 millones de personas, la mitad niños, necesitan ayuda dentro del país, y de ellas 5,6 millones la requieren para cubrir sus necesidades básicas; dos de cada tres no tienen acceso a una fuente segura de agua, bien al que los hogares tienen que destinar la cuarta parte de sus recursos.
Y no se quedan ahí: doce localidades están bajo sitio, lo que impide que 644.000 personas, 411.000 de ellas menores, puedan acceder a la ayuda humanitaria; dentro del país hay más de 6 millones de desplazados, a los que se suman otros cinco millones que han logrado huir de la barbarie, asegura Acción contra el Hambre.
Coincidiendo con los seis años del inicio de la guerra, esta semana se cumple también el primero desde la puesta en marcha del acuerdo UE-Turquía, cuyo principal impacto, destaca Zabalgogeazcoa, es haber dejado bloqueados en Grecia a 60.000 refugiados "en una situación sanitaria e higiénica que no es de recibo en Europa".
Frente a todo ello, la UE no ha cumplido sus deberes de acogida de refugiados y tampoco España, que solo ha reasentado o reubicado a 1.141 personas de las más de 17.000 que prometió hacer antes de septiembre de este año, ha recordado Oxfam Intermón, ONG que ha criticado que la cooperación española en 2016 alcanzara la cifra "irrisoria" de 12 millones de euros.
Pese a que el aumento de los recursos es un denominador común de las reivindicaciones de las ONG, todas consideran que el primer paso y el más urgente es lograr que todas las partes implicadas en el conflicto cumplan el Derecho Internacional y faciliten el acceso de la ayuda humanitaria a las víctimas.
"Damos lo que se puede, no lo que se debe", lamenta Zabalgogeazcoa impotente porque "la gente no ve un futuro ni siquiera a corto plazo, y no hay ninguna esperanza nada más que la de llegar al día siguiente".