Un pregón que rebosó de Puerto, Pasión y Esperanza

El rezo del Ángelus abría la mañana del primer domingo más esperado por los cofrades, el que marca que en siete días el Señor rodeado de palmas será recibido por El Puerto.
La banda Maestro Dueñas ponía los primeros sones con ‘Soleá Dame la Mano’ del maestro Manuel Font de Anta, que poco a poco fue llenando de ambiente al público en el  Teatro Pedro Muñoz Seca con ganas de ser testigos de lo que se avecinaba.
José Antonio Zarra tomó la palabra para presentar a su amigo, compañero y cofrade Jesús Andrades, al que deseó todo lo mejor para este pregón y dio las gracias por haberlo elegido para acompañarlo en este día tan importante para él.
“Campanilleros”, del maestro Manuel López Farfán, hacía menos tensa la espera del pregonero que, deseoso, esperaba su momento para ocupar el atril.
Con la cuenta atrás de la Cuaresma, con la ansiada llegada del Domingo de Ramos,  con un repaso de los actos, cultos y movimiento de las casas de hermandad: “aún nos quedan siete días, para celebrar que Jesús, con su borriquita a Jerusalén llegó, y en El Puerto de Santa María viviremos su Pasión, Muerte y Resurrección”. Se encomendó a la Patrona, a La Amargura, al Señor del Huerto y a su Esperanza de Triana, y a los titulares de las hermandades de la ciudad: “¡Que va por todos vosotros y para todo Mi Puerto!”.
Momento para la venia al  Asistente Eclesiástico del Consejo Local de Hermandades, D. Antonio Olmo, en presencia del alcalde, David de la Encina, del Presidente, José Manuel Castilla, y miembros de la Junta Permanente del Consejo Local de Hermandades, y de la Concejala de Fiestas, Ana Mª Arias, presentes en el escenario y de los portuenses, cofrades y amigos que llenaban el patio de butacas. Además, agradeció su presentación a José Antonio Zarra.
Y comenzó el pregón con el recuerdo y agradecimiento a D. Antonio Velázquez Garay, su maestro en la Salle y en el mundo del costal, ya que él fue su primer capataz en el Cristo de la Vera Cruz, paso en el que se estrenó como costalero en 1999. “De por vida te estaré agradecido, nunca te olvides de aquel niño que tantas veces tu cabeza ha sacudido y que te guarda tantos recuerdos y cariño”, dijo.
Versos de emoción a la Virgen de los Milagros, la madre de los portuenses, que rompieron con la interpretación de los “Gozos a Nuestra Señora de los Milagros” por parte de la banda Maestro Dueñas.
Andrades poco a poco comenzó a recorrer la Pasión de Cristo en El Puerto, con palmas y olivos en San Marcos: “¡San Marcos despierta, que ya está aquí, Cristo Rey!”; bonitas palabras para su hermandad del Huerto, donde se inició como cofrade desde niño saliendo de nazareno y ahora siendo capataz de su paso de misterio: “Y en este caso era yo, el que encontró ayuda y cobijo, en Ti, Padre mío, Jesús de la Oración”. Sones de ‘Madre y Maestra’ con las flautas de la marcha ‘Alma de Dios’.
Prendido fue en la Salle el Señor de la Agrupación Parroquial un Viernes de Dolores y a su madre del Perdón. Sones de la guitarra de Antonio Villar para el Señor Cautivo de El Puerto y su madre del Dolor:  “Cautivo fuiste tú en el Barrio Alto y cautivado quedaste Tú de Barrio”. El Soberano de Valle Alto, juventud y esfuerzo que pronto lo llevarán hasta el centro.
Llegó uno de los momentos de mayor emoción del pregón,  el dedicado a la Flagelación y a la Amargura :“Tanto le debo a mi Cristo de la Flagelación y a mi Madre de la Amargura, que estaría toda la vida enumerando símbolos de gratitud hacia Ellos”.  Versos y más versos, que cada vez más mostraban el amor que el pregonero a los dos les tiene; una petalada para Ella con los sones de “De Mi Amargura”, de  Víctor Manuel Ferrer Castillo, hicieron que el público viviera momentos del Domingo de Ramos.
El Señor de la Madrugá , el Señor Marinero, recuerdo del pregonero a los barcos pesqueros de la ciudad que llenaban nuestro muelle. Sones de Música de Capilla y ambiente penitencial para hablar de la Hermandad de los Afligidos y la tarde el Lunes Santo. Humildad y Paciencia, calle Ganado y Zarza, sus músicos de la Agrupación y el palio del Desconsuelo. Misericordia y Piedad, palio en el que el pregonero fue costalero en las tardes del Martes Santo: “Que se llenen de Misericordia tus calles, y de Piedad todos tus rincones”.
Consolación y Lágrimas, palio del que fue capataz: “que sepas que guardo con gran cariño, el año que tuve el privilegio, de tu camino por el Puerto, Consolación Madre mía, poder guiar”.
El Cristo del Amor, el Señor de las Capuchinas, también tuvo su sitio en el pregón: “Que el Cristo desgarrado y en las Capuchinas venerado, jamás por El Puerto sea olvidado”. Recuerdo al saetero Paco Azotea y Saeta del cantaor portuense ‘El Wilo’. Dolores de San Francisco, “que fuiste Madre de todos, a todos les diste Amor, y ahora eres Reina y Madre, de San Francisco y del Apostolado de la Oración”.  Versos para La Soledad: “Que vivo enamorado de tu belleza, y me gustaría que tu Corona, aun tuviese más grandeza”.
Cerrando la Pasión portuense, turno para el Resucitado, una hermandad de la que el pregonero guarda muchos recuerdos y amigos. “Madre Nuestra de la Alegría, que El Puerto te guarda en el recuerdo, y ansía verte paseando entre varales, por las calles de su centro”.
Y llegó el final, el momento de que todo se prepare para que llegue la Semana Grande de El Puerto, una semana llena de emoción y sentimiento. Andrades de nuevo da gracias a sus Titulares y llena el escenario de sones con la marcha “Mi Esperanza”: “Así acaba mi pregón, el pregón de todos los cofrades, por El Puerto y para El Puerto mi corazón, lo hice por todos vosotros, y por nuestra Semana de Pasión”.
Enhorabuena Andrades, por este gran pregón y gracias por estar a disposición de este medio y de este humilde redactor que tanto te ha dado la lata en esta Cuaresma tan especial para ti.