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El jardín de Bomarzo

La vida moderna

La imagen del banquillo con los 22 encausados por la pieza política del juicio del caso de los ERE viene a representar la imagen de una época

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La imagen del banquillo con los 22 encausados por la pieza política del juicio del caso de los ERE por delito continuado de prevaricación viene a representar la instantánea de una época, de un sistema político y de una tierra llamada Andalucía que durante años fue manejada como quien gestiona un cortijo a lomos de jaca serrana. Hemos visto, vemos y veremos durante las próximas semanas comparativas sobre lo que sucedió entre este sistema ilegal para el reparto discrecional de subvenciones públicas, para el que se eludía todo control tanto en la concesión como en el destino final del dinero, y otros casos de corrupción que han salpicado, sobre todo, al PP, como Bárcenas, Granados, Gürtel o tantos y tantos otros. La política siempre ensalza la corrupción del de enfrente y no mira la propia y para ello es capaz de construir relatos casi de realismo mágico donde no faltan frases hechas al estilo "hechos aislados" o "desconocimiento" o "manifiesta honorabilidad" o el recurrente "no lo hizo en beneficio propio" como si beneficiar a un tercero justificara el atraco, pero jamás hace lo que por otra parte sería muy sano como es reconocer pública y abiertamente el error, admitirlo, penar por él y sobre ese cimiento real y digno construir futuro.

Estas ayudas irregulares han sido cifradas por el instructor de la causa en 855 millones de euros y refleja que en su totalidad o en parte fueron objeto de un reparto arbitrario; ¿se imaginan lo que supone para un sistema político tener tanto dinero en la saca para repartir entre personas, entidades, empresas o, hay que incidir en este detalle, medios de comunicación afines? Claro está que ese reparto de dinero alimenta la golfería de los de en medio y entre ellos el golfo mayor fue el tal Guerrero, que embravecido por tanto billete de quinientos disponía de séquito, damas de compañía y drogas, pero también es inevitable que tal y como reprocha la Fiscalía Anticorrupción a los ex presidentes Chaves y Griñán y a los integrantes del Conejo de Gobierno se les acuse por "no haber puesto freno" al acto presuntamente delictivo a pesar de los informes de la intervención alertando de las irregularidades. ¿Y por qué no actuaron?

Para entenderlo hay que situarse en un momento concreto y en una Andalucía bajo el absoluto dominio electoral y social del PSOE tras décadas de gobierno y una administración pública con controles muy débiles y eso tiende a degenerar, como a la vista de los hechos sucedió. No es que Chaves o Griñán se enriquecieran personalmente, pero se dejaron llevar por las redes de un sistema que en parte crearon y que es muy habitual en gobiernos de largo recorrido; ha sucedido muchas otras veces, en partidos de distinto color y a niveles locales, provinciales y nacionales y es la no alternancia, tanto en liderazgos como de signo político porque esto alimenta el ego de quien termina creyendo que todo aquello es suyo y, por tanto, lo maneja a capricho. Querían una saca de dinero sin ningún tipo de vigilancia a la que acudir para repartir donde más o menos quisieran e instalaron un sistema permisivo para agilizar los trámites sin detenerse a explicarse demasiado y hay responsables públicos con condenas de cárcel, o directamente en prisión, por bastante menos que eso. Lo grave es que Andalucía está a la cola hoy en materias como empleo, educación o sanidad y por eso molesta especialmente la imagen de una administración sentada en el banquillo por el mal manejo de los recursos públicos durante décadas.

Ondas. La Cadena Ser entregó esta semana en Sevilla sus premios Ondas y lo hizo tras haberlo hecho toda la vida en Barcelona, de donde son originarios. Lo más lucido de la sociedad andaluza se dio cita en Fibes, más de tres mil personas y casi toda la Junta de Andalucía presente, oposición incluida menos IU y Podemos -que no comulgan ni con ir de premios ni con la Ser-. Muchos se acercaban a darle abrazos a Juan Marín, líder de Ciudadanos, que goza tanto de este momento dulce ante sus expectativas crecientes que un día se le desencaja la mandíbula de tanto reír. Del acto, todo precioso, gente guapa dentro de trajes de noche, cóctel de nivel con vinos y espumosos de Sanlúcar. Sí, en este acto de premios catalanes y, por tanto, regados siempre con cava se brindó con espumoso brut de Barbadillo, Sanlúcar de Barrameda -de luto estos días por la muerte repentina de la madre de un amigo, descanse en paz-. De todo, lo mejor la actuación de Alejandro Sanz y Niña Pastori y su: Cái se bebe el sol, Cái es la brisa marinera...

2018. Prefiero los años impares, aunque celebraré con espumoso selecto la marcha de este que se desvanece como la niebla ante los primeros rayos de sol de la mañana para dejar un día azul y limpio. El que viene será mejor, seguramente intenso. De hecho, en función de lo que suceda en las catalanas del 21D todo puede empezar a moverse porque de su resultado y de los pactos posteriores se pueden plantear adelantos electorales. Municipales y europeas son el mayo/junio de 2019 y poco antes deberían celebrarse generales, pero es probable que Rajoy busque rentabilizar su buen momento actual tras el prucéscatalán y le saque rendimiento en urnas a la unidad nacional adelantando las suyas para el segundo semestre de 2018 y eso es algo que quizás intuya Susana Díaz, que en estrategia electoral suele medir fino.

Ya las adelantó la última vez para ponerse primera y Díaz en ningún caso va a querer sus elecciones entre generales y municipales porque desvirtúa su discurso y tampoco querrá mezclase con ese ser siniestro para ella llamado Pedro Sánchez, al que electoralmente le desea lo peor. Ni prestarle sus votos. Por ello, ya existe un run run interno que sitúa como posible fecha de las andaluzas para abril de 2018, para lo cual debería convocar a finales de este enero. De hacerlo, se pone otra vez por delante de todos, no le presta sus votos a nadie, no se mezcla con procesos nacionales, europeos o locales y, como bien sabe, da primero y quien lo hace da dos veces. Otra cosa es que las encuestas que ya está encargado a Celeste-Tel, entre otras, le ofrezcan un resultado propicio para mantener posibilidades en San Telmo, para lo cual sí o sí va a necesitar el inestimable apoyo del amigo Juan Marín.

Hay otra razón. Todas las encuestas señalan tendencia a desplome de Podemos, al que el liderazgo venezolano de Iglesias y su posición rupturista con respecto a Cataluña no le hace ningún bien y menos en un territorio tan español como es Andalucía y de esa pecera pesca el PSOE-A. Con esa cuenta y con la otra sobre que Ciudadanos también engulle de un PP andaluz apático e indolente, la señora Díaz quizás valore el bonito mes de abril, su preferido para estas cosas, primaveral, Semana Santa, ferias y Andalucía rompiendo en flor para que su partido prorrogue para alcanzar los cuarenta años ininterrumpidos de gobiernos en esta nuestra comunidad.

Claro que Andalucía ha evolucionado, también Camboya. Como lo ha hecho estos últimos años un sistema público que, en ningún caso, permitiría hoy un escarnio para los ciudadanos o empresas sin influencias como han sido los EREs fraudulentos; la vida moderna no admite que la gobiernen sin que le expliquen qué, cómo o por qué y en este sentido los portales de transparencia son y serán piezas claves. Falta que la clase política asuma la condición de exclusivo servicio público de un oficio transitorio porque vivir de la política toda una vida chirría demasiado y cuando uno no sabe hacer otra cosa que ser político a sueldo hace lo que sea por no dejar de serlo.

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