Sigue desaparecido otro galo que pertenecía a la misma excursión de doce alpinistas extranjeros que quedaron atrapados por los aguaceros cuando escalaban el volcán Pinatubo, 90 kilómetros al noreste de la capital, según el superintendente jefe Leo Nilo de la Cruz.
Los franceses y surcoreanos lograron subir a la cima, pero durante el descenso fueron sorprendidos por las riadas de lodo mezclado con ceniza volcánica.
Junto a ellos perdieron la vida dos filipinos, el guía y un miembro del equipo de rescate, y los cadáveres de dos personas más también fueron hallados en la ladera del volcán.
El Pinatubo, de 1.475 metros de altura, entró en erupción por última vez en 1991, causando la muerte a más de 800 personas, pero ahora es uno de los destinos turísticos más populares del país.
Por otra parte, en la ciudad de Baguio fallecieron tres niños por un corrimiento de tierras que sepultó su vivienda, y un matrimonio murió en la provincia de Zambales cuando el torrente de agua reventó una presa e inundó su pueblo.
Más de 2.000 personas han abandonado sus casas y se refugian en centros temporales de acogida.
En estos momentos, Morokat, ya convertido en tifón, se aproxima a las costas de Taiwán y el este de China, donde las poblaciones han sido puestas en estado de máxima alerta.
Cada año, decenas de personas perecen en Filipinas como consecuencia de las inundaciones y corrimientos de tierras que se suceden en todo el archipiélago durante la estación lluviosa, que comienza en mayo o junio y termina en noviembre o diciembre.