Mientras cientos de estudiantes se manifiestaban en Sevilla al grito de “Aulas sí, saunas no”, en Jerez un grupo de Primero de Bachillerato del IES Fernando Quiñones, se negaba ayer a entrar en clase para protestar por el calor. Una movilización que se suma a la que en los últimos días han protagonizado los estudiantes de los institutos La Campiña, en Guadalcacín, que han conseguido presupuesto para arreglar el aire acondicionado (les costaba 6.000 euros), o El Vega del Guadalete, en La Barca, donde casi el 100% ha secundado la huelga de 48 horas a comienzos de semana para denunciar las temperaturas extremas con las que tienen que aprender en clase.
En el caso del IES Fernando Quiñones, el plantón de los alumnos se enmarca en los paros de dos días que han decidido, si bien ayer finalmente solo una clase se quedó fuera. Ese grupo de Primero de Bachillerato, junto con los otros de Bachillerato y de Cuarto de ESO están en el nuevo edificio con el que el centro culminó su proyecto de ampliación el curso pasado. Lo que no entienden ni los alumnos ni la propia AMPA es que la construcción del nuevo centro contemplase calderas y no la instalación de aire acondicionado.
“Estamos en el sur, aquí las calderas se van a poner dos días”, lamentan los padres de los alumnos afectados, que no entienden cómo ni siquiera se les ha puesto ventiladores o aparatos de aires acondicionados portátiles. “Lo están pasando mal, hace muchísimo calor”, señala la madre de una alumna que ayer secundó esta huelga, que no se explica que la dirección no permitiera a los estudiantes que no entraron, pese a ser menores, quedarse en el patio. Al final tuvieron que irse a la calle. “Si les hubiera ocurrido algo en la calle hubiera sido su responsabilidad”, lamenta.
Clases en el patio buscando la sombra
Hace varios días, según denuncia la madre de una alumna del centro, en una de las clases la profesora optó por dar la asignatura en el patio, en un espacio resguardado por la sombra, ante las insufribles temperaturas que se registraban en clase.