Uno salía del Nuevo Colombino con cara de pocos amigos y preguntándose qué le pasa a este equipo. El Recreativo no juega a nada, sus futbolistas están en baja forma y no gana desde el pasado 2 de septiembre. Este domingo se vivieron tres minutos iniciales arrolladores con un Decano que parecía imparable. Pero eso duró, tres minutos. A partir de ahí, los pupilos de José María Salmerón le dieron alas al Jumilla, un equipo que no demostró nada, corto de calidad y condenado a ser un candidato al descenso.
Primera pitada de la temporada y enfado en el recreativismo. Los albiazules están a dos puntos de los últimos puestos y la promoción de ascenso parece una utopía, ya a cuatro puntos. Y eso que el inicio del choque fue cuanto menos ilusionante. Caye Quintana adelantó al Recreativo en la primera jugada de partido. El isleño remató con pierna derecha un balón colgado desde la banda derecha de Iago Díaz. Precisamente, Iago Díaz disparó al poste derecho de la portería defendida por Simón en el minuto 3.
Pues bien, ya se podría haber acabado ahí el encuentro para el Decano. Un cúmulo de despropósitos, de imprecisiones y de momentos agónicos se sucedieron desde entonces. En la primera parte, al menos, el equipo de Salmerón no se encontró a un rival bien plantado, incisivo, que disfrutara de ocasiones... Nada. El Jumilla no hizo nada, pero sí le dio alas el Recreativo para que se lo pudiera creer en la segunda mitad. Y así pasó. Tras la reanudación, el míster vinícola metió a Óscar Rico, que le dio más solidez al Jumilla. Los visitantes dominaron el centro del campo, entraron por banda y le echaron casta y coraje. Los recreativistas parecían dispersos, sin fe y sin alma. No daban una. Sólo Iago Díaz, el mejor de los recreativistas durante todo el partido. El catalán lo intentó por la derecha, por la izquierda y por el centro. Disparó desde todos sitios pero se encontró con el muro de Simón bajo palos. Con los gemelos por la nuca tras intentarlo todo, Salmerón lo retiró del campo.
Desde entonces, no se le vio al Recre nada más en ataque. El Jumilla sabía que podía hacerle daño al Recre y que podía rascar un punto. En una jugada a balón parado, como se consiguen los puntos en esta categoría, logró el gol del empate. Corría el minuto 68, saque de esquina a favor del Jumilla. Balón al área, el Recre no supo despejar el peligro y Koyo remató al fondo de la red en el segundo palo. Los fantasmas volvían a aparecer en el Nuevo Colombino, ya desilusionado y apático.
Todavía quedaban más de 20 minutos para el final. Salmerón dio entrada a todos sus delanteros y a Víctor Barroso. Toda la carne en el asador para nada. No aparecieron ni Lolo Plá ni Alberto Ródenas, muy perdidos y fuera de forma. Tampoco volvió a aparecer Caye Quintana, el único que ha demostrado tener olfato goleador en el equipo. Para colmo, el que nunca falla, Marc Martínez, estuvo a punto de darle al Jumilla el triunfo con una indecisión en una salida suya.
Empate y gracias. El Recreativo sufre en defensa, es una polvorilla. El centro del campo apenas construye fútbol y la puntería en ataque no está fina. Durante los últimos días se habló de una crisis. Es octubre todavía y queda mucho, pero ver al Recre jugar es un suplicio. Mucho tiene que mejorar para no vivir un año más con la soga al cuello. El próximo partido será lejos de Huelva, en El Ejido.