La Semana de la Ciencia y la Tecnología que durante esta semana se viene celebrando en la Universidad de Huelva ha tenido como uno de los temas centrales de la jornada de hoy jueves una conferencia sobre meteoritos, así como diversos talleres sobre control de dispositivos móviles -robots- mediante el cerebro, las propiedades medicinales de las almejas y de reconocimiento de aromas, entre otros. Desde el pasado lunes, día de su inauguración y hasta el día de hoy han participado en las actividades programadas más de 600 alumnos y una veintena de docentes e investigadores. Mañana viernes se pondrá el broche final de la semana con la actividad ‘Café con industria’;donde profesionales de empresas asociadas a la AIQBE conversarán sobre su trabajo con estudiantes de Grado de la Universidad de Huelva.
Así, la facultad de Ciencias Experimentales ha acogido los últimos talleres programados por la Universidad de Huelva en el marco de la Semana de la Ciencia y Tecnología. Bajo el título Interactuando mentalmente con la electrónica, los investigadores Fernando Gómez Bravo, Raúl Jiménez Naharro, Rafael López de Ahumada Gutiérrez y Juan Antonio Castro García mostraron a los estudiantes de ESO cómo pueden mover un dispositivo robot móvil o interactuar con una pantalla de ordenador en juegos de pericia. “Nos encontramos, precisamente, ante una línea de investigación de nuestro grupo. Los estudiantes experimentan en directo cómo pueden controlar un objeto y llevarlo a un punto determinado”, subrayó Fernando Gómez, quien no dudó en añadir que “estas actividades con jóvenes sirven para realizar nuevos estudios en el marco de su proyecto de investigación”. “Habíamos ensayado con voluntarios adultos, pero no con adolescentes”, recalcó.
Mediante el taller de Las almejas y sus propiedades medicinales y una exposición fotográfica sobre los colores del mar, las profesoras Inmaculada Giráldez Díaz, Emilio Morales Carrillo de Albornoz, Paz Ruiz Azcona, Patricia Gómez, Rosa León Bañares, Antonio León Vaz, Ana María Molina Márquez, Rocío Rengel Dominguez, Javier Vigara Fernández, Marta Vila Spínola y Elisa Garcia Lorenzo profundizaron en elementos como el selenio, “que nos protege de la oxidación y es inhibidor de mercurio, un metal muy tóxico”. El taller, según la propia Giráldez, tiene por objetivo estudiar la acumulación y biotransformación de especies de este elemento químico en almejas 'Ruditapes decussatus' con el fin de obtener un alimento enriquecido con selenio.
La última de las actividades, titulada Reconocimiento de aromas básicos, corrió a cargo de Mª Ángeles Fernández Recamales, Ana Sayago Gómez y Pilar del Rocío Franco Márquez. Los alumnos que participaron en el taller pudieron reconocer mediante catas a ciegas olores encerrados en pequeños frascos, como césped recién cortado, vainilla o diversas frutas. “Hemos seleccionado 20 muestras. El olfato es un sentido muy importante porque se almacena en nuestro cerebro desde que somos pequeños. Puedes comprobar en esta experiencia cómo hay, incluso, aromas que no están catalogados en el cerebro de los adolescentes, porque no ha habido recuerdo”, asegura Sayago.
Así, los jóvenes fueron cumplimentando una serie de fichas en donde identificaban el aroma, mientras que una de las colaboradoras de la actividad certificaban si correspondía al olor real. “Hay olores frutales, florales, de plantas, etc, así hasta unos 20 recipientes”, aclaró la investigadora.
Mensajes de otros mundos
Como colofón al ciclo de conferencias, el profesor José María Madiedo Gil dirigió una charla con alumnos del ciclo de Bachillerato con el título Meteoritos: Mensajeros de otros mundos. Para este investigador “es importante el papel que juegan para que los científicos dispongamos de claves para entender el origen y la evolución del sistema solar, de dónde proceden y qué importancia tienen para la Ciencia”.
Madiedo habló de algunos de los episodios más importantes protagonizados por meteoritos, como el que tuvo lugar hace 50.000 años y que dio lugar al célebre cráter de Arizona o más reciente, como el de Siberia (2013), que produjo más de 1.000 heridos. Fuera de la Tierra, el investigador puso énfasis en el gran impacto que detectó el proyecto MIDAS en 2013 contra la Luna, el más brillante detectado hasta la fecha, y que fue asociado por una sonda de la NASA a un cráter. El científico sorprendió a los estudiantes con un fragmento de meteorito metálico que se encontró en el siglo XVI en Suramérica y con el que los indígenas fabricaban utensilios de hierro antes de saber cómo extraer el metal.
