La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) debe hacerse efectiva el 29 de marzo de 2019 pero Londres y Bruselas aún no han conseguido cerrar los términos del acuerdo, lo que ha sumido a la industria de automoción británica en un clima de incertidumbre y nerviosismo por parte de fabricantes y proveedores.
La Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles de Reino Unido (SMMT, por sus siglas en inglés) cifra en 5.000 millones de libras (5.633 millones de euros) la factura colectiva a la que deberán hacer frente ambos 'bandos' si no se logra un Brexit 'blando'.
Además, el no acuerdo repercutiría directamente sobre los consumidores, con aranceles a la importación de vehículos que incrementarían el precio de los automóviles.
Los coches británicos tendrían así un sobrecoste dentro de la UE de 2.700 libras (3.041 euros) de media, y de 2.000 libras (2.253 euros) el de los vehículos comerciales. Del mismo modo, los usuarios que decidan comprar un coche importado de la UE en Reino Unido se enfrentarían a incrementos de 1.500 libras (1.689 euros9 y 1.700 libras (1.915 euros) para turismos y comerciales, respectivamente.
En este contexto, la patronal británica ha presentado un plan de contingencia para mantener las cadenas de suministro de los proveedores del sector por si la primera ministra británica, Theresa May, y sus 'colegas' europeos no llegan a acuerdo deseado.
El plan se centra especialmente en las empresas proveedoras pequeñas y medianas (el 69% del sector emplea a menos de diez personas), que podrían ver comprometidas sus cadenas de suministro debido a retrasos o falta de efectivo si el 'divorcio' se produce sin acuerdos comerciales.
Ante el nerviosismo generado por un posible Brexit sin acuerdo, la producción de vehículos en Reino Unido cayó un 16,8% en septiembre en comparación con el mismo mes del año anterior, hasta 127.051 unidades. Entre enero y el noveno mes del año, las factorías británicas ensamblaron 1,17 millones de coches, un 6,6% menos.
CAE LA INVERSIÓN UN 50%
Además, la inversión en el sector de la automoción británico cayó un 50% en el primer semestre del ejercicio, hasta 347,3 millones de libras (394 millones de euros), en comparación con los 647,4 millones de libras (734,3 millones de euros) que se gestionaron en el mismo periodo del año pasado. Las matriculaciones de automóviles también acumulan una caída del 7,5%, hasta 1,9 millones de unidades.
En este sentido, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha instado a los negociadores a que eviten el peor de los escenarios posibles. Cada día, 1.100 camiones de la UE se desplazan hasta las plantas de automóviles y motores de Reino Unido y, después del Brexit, incluso los retratos coros en la aduana causarán problemas logísticos masivos, interrumpiendo el proceso de producción y generando grandes costes, según vaticina la asociación.
Asimismo, los gobiernos de la UE se han mostrado favorables a permitir que los fabricantes de automóviles de Reino Unido con licencia británica de homologación puedan obtener una europea siempre que lo soliciten antes de que se produzca la salida de Londres del bloque comunitario.
De su lado, la Asociación Japonesa de Fabricantes de Automóviles (JAMA, por sus siglas en inglés) también se ha sumado a la preocupación ante una posible retirada sin acuerdo.
"Si no se llega a un acuerdo de retiro y, por lo tanto, no se implementa el periodo de transición hasta diciembre de 2020, las actividades corporativas y los consumidores se verán afectados negativamente por los impactos de las actividades de producción suspendidas resultantes de operaciones logísticas fallidas, disminuciones en los ingresos y revisión de los precios de venta de vehículos causado por el aumento de los costes de producción y logística", advierte su presidente.
Bajo este clima de incertidumbre, el fabricante británico Jaguar Land Rover ha pedido al Gobierno de Theresa May garantías para todas las compañías una vez producido el Brexit. Según el propio consejero delegado de la compañía, Ralf Speth, la salida del país británico de la UE podría suponer para la empresa una factura anual de 1.200 millones de libras (1.359 millones de euros).
Speth recuerda que durante más de 250 años, desde la época de Adam Smith, Reino Unido ha defendido siempre el libre comercio, e indicó que para que la industria de la automoción británica continúe siendo competitiva en todo el mundo y asegure el puesto de sus empleados (300.000 entre directos e indirectos en el caso de Jaguar Land Rover) no se deben imponer aranceles a Reino Unido tras el Brexit.
MINI PODRÍA TRASLADAR PARTE DE SU PRODUCCIÓN A HOLANDA
De su lado, el grupo BMW ha anunciado que reforzará su logística para incluir opciones de transporte aéreo como parte de los planes de contingencia de la compañía tras la 'ruptura', aunque espera que Gran Bretaña siga siendo parte del mercado común.
La planta de Mini (del grupo BMW) en Oxford trasladará su tradicional parón estival de mantenimiento al mes de abril en caso de que no se logre un acuerdo con el objetivo de minimizar el riesgo de una posible interrupción del suministro de piezas a corto plazo.
En caso de que se produzca un Brexit 'duro', el consejero delegado del consorcio automovilístico alemán, Harald Krüger, ha adelantado que la empresa se llevará parte de la producción de los vehículos Mini a Holanda. Actualmente, BMW fabrica la mayor parte de sus vehículos Mini en Oxford, pero depende mucho de los componentes importados desde las plantas alemanas del grupo. Oxford fabricó el 60% de los 378.486 Minis que se produjeron el año pasado.
Otras compañías como Michelin y Schaeffler también han tomado ya medidas preventivas a poco menos de cinco meses de que se haga efectivo el Brexit. La firma francesa cerrará a medidas de 2020 su factoría de Dundee, prescindiendo de sus 845 empleados, debido a su inviabilidad económica, mientras que el fabricante alemán de componentes para automóviles cerrará dos factorías, en Plymouth y Llanelli.
El sector de la automoción emplea a 13,3 millones de personas en Europa y representa el 6,8% del PIB de la UE. Invierte alrededor de 52.950 millones de euros en innovación cada año, lo que le convierte en el mayor inversor en I+D del 'Viejo Continente', y fabrica aproximadamente 17 millones de automóviles por año, casi una cuarta parte de la producción mundial.