Y no solo me refiero a las fiestas que todos estamos viviendo en estos días. No, a esas no. Porque usted y yo tenemos derecho a olvidarnos, por este tiempo de Navidad, de las preocupaciones y vivir con los amigos y la familia estos días en la mejor armonía posible. Me refiero a todo este maremágnum que estamos viviendo en nuestra Comunidad Autónoma, desde las pasadas elecciones del día 2 de diciembre.
Parece que el Partido Popular y Ciudadanos van a no desaprovechar la oportunidad que las urnas le han brindado: gobernar en la mejor coalición posible y desalojar al Partido Socialista de su histórico feudo. Las medidas que ya han dado a conocer me parecen más que buenas y aceptables, si las mismas no se quedan en la frialdad del papel y de la foto de los periódicos. Pero queda aún ese resquicio de qué harán con Vox. ¿De verdad que se van a ignorar los miles de votos que han conseguido? ¿Esperan que Abascal y Serrano se queden a verlas venir? ¿Y de la reunión de Marín con los chicos de la izquierda, foto de la cafetería de la estación de Jerez? ¿Van a entrar a jugar con ellos?
Algo se está cociendo y aún no lo sabemos. No me negarán esto. Pero, insisto como ya dice hace unas semanas en esta misma columna, que la oportunidad no se va a volver a repetir. El sólo hecho de pensar en una nueva convocatoria electoral sería la muerte anunciada de las dos formaciones políticas. El votante del PSOE no va a volver a brindar una ocasión como esta.
Y, por otro lado, me pregunto qué va a ser y pasar con Susana Díaz. Es muy posible que se esté desenterrando, por parte de sus leales y de los barones socialistas, el hacha de guerra contra Pedro Sánchez, este presidente que nos ha tocado en suerte y que salvo viajar y rendir sus naves ante el separatismo catalán no ha hecho otra cosa. A muchos nos ha dado vergüenza tener este gobierno que ha escenificado una mini cumbre con el gobierno de Torra. Sí, vergüenza de ver cómo se entregaban en los brazos de los que quieren desmembrar a este país.
SI el Partido Socialista vuelve a una guerra interna en una lucha por el poder estará cavando no una tumba pero sí un agujero del que le será costoso salir. Costoso en votantes, me refiero. En el horizonte más cercano, por mucho que lo quieran negar, ya se ven venir las urnas.
Apuren los sorbos de los espumosos y el turrón que queda por casa. Y cuando pasen estos días acopien sus hogares de palomitas. Porque el espectáculo ya está servido.
Les deseo un feliz (y divertido) año 2019.
