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Jaén

La tuna loa la belleza de ‘Los Estudiantes’

La Merced recibió ayer con fervor al Cristo de las Misericordias y a Nuestra Señora de las Lágrimas

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  • El Cristo del Bambú -

Las nubes que por la mañana sitiaron la ciudad dieron paso al medio día a un sol primaveral que dejó en evidencia el dicho del acervo popular: “Estudiantes y Amargura, lluvia segura”.  Y ayer no se cumplió. La tarde del Lunes Santo lució en todo su esplendor en la plaza de la Merced con unos mil jienenses aguardando para llevar en volandas al paso del Cristo de las Misericordias y de Nuestra Señora de las Lágrimas. Los compases de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Expiración acompañaron el pesar del primer crucificado de la pasión jienense, el Cristo del Bambú, el de los Estudiantes, obra anónima fechada entre 1570 y 1575. Mientras el Cristo abandonaba la plaza  por Merced Alta camino de la   Carrera de Jesús, Nuestra Señora de las Lágrimas desdibujó la penumbra de la Iglesia del viejo convento de la Merced con su rostro ungido por el dolor mientras  las bandurrias, guitarras y panderetas de la tuna aguardaban su irrupción en la plaza para loar la belleza de la imagen de Juan Martínez Cerrillo (1936-1938). Los sones de la Tuna Universitaria acompañaron a Nuestra Señora de la Lágrimas por el conjunto histórico de Jaén, siguiendo los pasos de su Hijo en un Lunes Santo que a esa hora ya tenía sus tres procesiones en la calle, hasta que la Asociación Musical Pedro Morales de Lopera tomó el relevo. La comitiva se fue formando poco a poco por el barrio de la Merced con la devoción, el rezo y la alegría de vivir un año más la Eucaristía en la calle. Poco a poco los rostros atentos de miles de jienenses, que ayer volvieron a llenar las calles de la ciudad, se perdían en la penumbra de un día, primero nublado y más tarde soleado y caluroso, que dejó claro porqué el Cristo del Bambú y Nuestra Señora de las Lágrimas, la Cofradía de los Estudiantes, es una de las más bellas y queridas de la Semana de la Pasión jienense. Con el sol ya vencido y tras pasar por la carrera oficial,  las imágenes titulares volvieron a su templo mecidas por la fe de sus costaleros y de toda una ciudad, recorriendo su viejo itinerario de inicio, calle Maestra, Madre de Dios, Almendros Aguilar y de nuevo su plaza de la Merced.

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