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Cum Laude en los entresijos que esconde el cerebro humano

La arcense Gloria Gutiérrez dirige su profesión al campo científico, pero estar en “la primera división supone no tener apenas descansos y sacrificar mucho"

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  • Gloria Gutiérrez Parras, investigadora especializada en Neurociencia, nació en Arcos de la Frontera. -

La investigadora científica Gloria Gutiérrez Parras, nacida en Arcos, acaba de lograr el doctorado en Neurociencias en la Universidad de Salamanca con la calificación de Cum Laude, la máxima que se puede obtener. A base de esfuerzo y dedicación, la joven arcense pone en valor un área tan difícil como la ciencia cuyo futuro “en España es muy negro, porque apenas hay financiación y tampoco se cubren las plazas con contratos estables”. De hecho, “ahora mismo lo más fácil es irse al extranjero. Yo por ahora me quedaré unos meses más en España, e intentaré pedir todos los contratos y convocatorias que pueda”.

Licenciada en Psicología por la Universidad de Sevilla, máster en Neuropsicología en la misma facultad, máster en neurociencias y biología del comportamiento por la Universidad Pablo de Olavide, Gloria decidió adentrarse en el mundo de la neurociencia tras quedarse en paro  después de unos años trabajando como neuropsicóloga en un centro de rehabilitación de pacientes con daño cerebral.

Mientras otras personas se hunden, Gloria tuvo claro que “los cambios son oportunidades” por lo que decidió buscar información para formarme en neurociencias, una disciplina de la que había oído hablar por primera vez en 2011 durante una estancia de estudios en Ann Arbor (Michigan, USA).
Así lo explica: “No lo tengo muy claro, pero siempre me ha llamado la atención todo lo relativo al cerebro, como por ejemplo, ¿qué pasa en el cerebro para que pensemos una cosa y no otra?”. Pero qué es la neurociencia… “de manera muy simplificada podríamos decir que es la ciencia que estudia todo lo relacionado con el cerebro. Esto es una definición muy simplista, pero el estudio del cerebro y sus funciones está ahora mismo en su mayor auge”.

Desde la neurociencia “podemos estudiar aspectos tan comunes de nuestras vidas como por ejemplo cómo percibimos los sonidos que nos rodean. Esto puede parecer a simple vista algo sin importancia; no obstante sabemos de muchas patologías en las que esa percepción está alterada, como por ejemplo ocurre en los trastornos del espectro autista o la esquizofrenia. De forma que saber cómo funciona un cerebro sano, nos permitirá conocer qué está “fallando” en determinadas patologías”.
Sin embargo,  explica, “la neurociencia es muy amplia y multidisciplinar por lo que permite estudiar cosas tan variopintas como por ejemplo por qué algunas personas son más susceptibles a las adicciones,  cómo se procesa el dolor, por qué nos enamoramos, hasta posibles tratamientos de tumores cerebrales o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson”.

Pero qué supone obtener una valoración de Cum Laude en Neurociencias. Para ella “la investigación es una carrera de fondo, obtener un doctorado con mención internacional y cum laude, no es más que una marca más dentro de tu currículum”, aunque “el esfuerzo y sacrificio para obtenerlo es casi incalculable. Pero déjame hacer una analogía que mucha más gente entenderá. Si le preguntamos a un jugador de fútbol de primera división sobre sus esfuerzos y sacrificios seguramente nos dirán que para jugar en primera división entrenan 6 días a la semana, 10 horas al día…. En mi caso, para conseguir el doctorado con Cum Laude he publicado tres trabajos científicos, uno de ellos en Nature Communications (ese trabajo sería como ganar una Champions, algo que muy pocos lo consiguen)”.
Por lo tanto, “hacer ciencia de primera división”, implica no tener apenas descansos, rendir al máximo y sacrificar mucho tu vida personal”.
Y es que aunque “a nivel personal es una gran satisfacción obtener cualquier reconocimiento, a nivel familiar me da mucha pena, porque ellos también se sacrifican y sufren mi trabajo. Te cuento por ejemplo la frase que me dijo mi madre cuando la llamé para decirle que me iba cuatro meses a Australia a hacer una estancia de investigación: “hija, ¿no había un sitio más lejos?... sé que ellos están muy orgullosos de mí, pero a penas podemos vernos y me pierdo muchos momentos familiares importantes”.

En cuanto a las perspectivas de futuro en Cádiz y cerca de su familia, Gloria afirma que “llamaré a las puertas de Universidad de Cádiz, pero soy consciente de que es muy difícil que pueda quedarme en la provincia”.

Para despedirnos, hablamos sobre la relación ciencia-mujer, y sobre lo que se ha avanzado dentro de este segmento. “Aunque hoy en día el ratio de mujeres que accede a estudios superiores es mayor que el de los hombres, el número de mujeres que consiguen llegar a los estratos académicos más altos (catedráticas) es aún muy inferior a la de los hombres”.

Para Gloria, “se ha avanzado en la igualdad dentro de la investigación, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Por eso es fundamental continuar con iniciativas como la de ‘Conoce a nuestra Neurocientíficas’ de la Sociedad Española de Neurociencias (SENC)”.

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