La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía ordenó ayer la apertura de todas las zonas de pesca de la provincia de Málaga para la captura de concha fina y coquina, tras el registro puntual de la bacteria e-coli que se registró en la zona de Caleta de Vélez, ya que se detectaron una serie de niveles que conllevaban el cierre de dicho caladero.
La prohibición de extracción de moluscos decretada la pasada semana tenía carácter preventivo. Según resaltó la propia consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca, Carmen Crespo, la clausura obedecía a la obligación de “controlar la seguridad alimentaria en episodios puntuales que pueden afectar al litoral”.
Los técnicos de la Consejería trabajaron durante todo el fin de semana para obtener diariamente muestras de las aguas afectadas que permitieran analizar la evolución de la bacteria. El resultado final ha sido la reapertura desde ayer de todas las zonas de producción, incluida la de Caleta de Vélez.
Esta decisión no supone el fin de los trabajos de inspección de la calidad de las aguas, según indicaron desde la propia Junta de Andalucía, asegurando que la Administración “continuará velando por la seguridad de los alimentos que se extraen del mar a través de los controles periódicos y pertinentes que se continuarán realizando en los diferentes caladeros de la provincia”.
El cierre de este caladero afectaba a un total de 38 embarcaciones dedicadas al marisqueo y que operan desde el puerto de Caleta de Vélez, uno de los que registra un mayor volumen de capturas en la provincia de Málaga, lo que afecta a un total de 80 familias de la zona.
La patrona del puerto de Caleta de Vélez, María del Carmen Navas pidió la pasada semana “que se adapten las depuraciones en tierra a la población que se tiene durante la época estival”. Navas instó además a que arreglen las depuraciones en tierra para que no vuelva a producirse esta situación, ya que a raíz de esto los caladeros no van a volver a ser zona A, van a ser zona B.
