No ha trascendido de manera oficial el peso del material explosivo ni el número de temporizadores y detonadores hallados, así como el estado de conservación de este material, aunque algunos medios hablaban de diez kilos.
El zulo fue encontrado de manera fortuita por un senderista en las inmediaciones de un paraje conocido como Rincón del Olvido, en la zona de La Serrella, a unos 800 metros de altitud.
Tras alertar del hallazgo a la Guardia Civil, diversos agentes se desplazaron hasta el lugar, donde localizaron un bidón con paquetes que contenían el anagrama de la banda terrorista.
La localidad alicantina de Confrides, de 300 habitantes, está situada en el interior de la comarca de la Marina Baixa y, por sus condiciones geográficas de montaña, es un lugar preferente para los aficionados al excursionismo.
El alcalde de Confrides, José Buades, apuntó la posibilidad de que el zulo podría contener hasta tres bidones, si bien este extremo no ha sido confirmado por fuentes de la investigación.
Buades mostró su sorpresa por el hallazgo del material explosivo y apuntó que, al parecer, fue un senderista quien halló el zulo y, posteriormente, alertó del hecho a la Benemérita.
La noticia de este hallazgo ha sorprendido a los vecinos, quienes han reaccionado entre el escepticismo y el miedo, como así ha relatado a Efe Tomás Díaz, gerente del restaurante Venta de Emilia, uno de los dos establecimientos de gastronomía que se ubican en esta localidad.
“Estamos acostumbrados a ver a la Guardia Civil cuando un excursionista se pierde o resultado accidentado en alguno de estos parajes, pero no por este tipo de hechos”, manifestó Díaz.
En el hostal El Pirineo, el único establecimiento de sus características en el municipio, el hallazgo del zulo causó “sorpresa”, según relató a Efe su gerente, Rafael, quien ya imaginaba “que algo pasaba” al ver que varios vehículos de la Guardia Civil circulaban por el centro de la pequeña localidad alicantina.