Los datos son producto del monitoreo permanente que realiza el colectivo Caminando Fronteras en la frontera occidental europea, comprendida en las rutas de Estrecho, Mar de Alborán, Islas Canarias y ruta argelina. Mediante la línea telefónica de emergencia, habilitada para personas migrantes en peligro, y las denuncias de familiares y supervivientes que recibe, Caminando Fronteras alerta de que las cifras reales de muertes y desapariciones de personas migrantes que intentaron acceder a España en 2019 son bastante superiores a las recogidas por organismos oficiales.
De las 655 víctimas documentadas por el Colectivo, 518 desaparecieron en el mar y solo 137 cadáveres fueron recuperados, lo que implica que ocho de cada diez personas fallecidas sean desaparecidas. Gran parte de ellas pertenecen a doce embarcaciones que a lo largo del año desaparecieron en el mar sin dejar rastro de todas las personas que iban a bordo. “Ello resulta una situación extremadamente dura para los familiares de las víctimas que, al perder los cuerpos de sus seres queridos y ante la falta de reconocimiento por parte de los estados, eternizan su dolor y nunca acaban por realizar el duelo”, declara su portavoz Helena Maleno.
Las víctimas identificadas pertenecen a treinta y siete naufragios sucedidos durante 2019: diez en el mar de Alborán, dieciséis en el Estrecho de Gibraltar, ocho en la ruta canaria y tres en la argelina. La ruta del mar del Alborán se demuestra como la más mortífera con 246 muertas y desaparecidas, seguida por la de Canarias con 228, el Estrecho con 146 y la ruta argelina con al menos 35 personas fallecidas. “Ciudadanos y ciudadanas de diecinueve países de todo el mundo perdieron la vida intentando alcanzar las costas españolas este año. Desde India a Angola o Marruecos, pasando por Yemen, la tragedia alcanza cotas internacionales mientras los gobiernos miran para otro lado”, dicen desde la organización. Una lista que se completa con Birmania, Bangladesh, Pakistán, Etiopía, Eritrea, Chad, Camerún, República Democrática del Congo, Argelia, Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea Conakry, Guinea Bissau y Costa de Marfil.
Las mujeres suponen el 15,87% de todas las víctimas del año (104 fallecidas) mientras que 54 niños y niñas perdieron la vida. Pese a que desde el Ministerio del Interior español afirman haber reducido las muertes, las cifras de Caminando Fronteras confirman que la mortalidad ha aumentado con respecto a 2018. “Las políticas migratorias de la militarización fronteriza y el desmantelamiento de Salvamento Marítimo han reducido en un 50,07% las llegadas de personas migrantes, pero la mortalidad en la zona es incluso mayor” aclara Maleno. “Cerramos otro año con centenares de víctimas en nuestras costas que son responsabilidad de la necropolítica estatal en las fronteras”, concluye.
Desde la organización lamentan que los gobiernos abandonen su responsabilidad de proteger los derechos de las personas migrantes víctimas de estas tragedias y exigen medidas para ello: “Es urgente aplicar a las supervivientes el Protocolo de Asistencia a Víctimas Múltiples antes que la Ley de Extranjería y habilitar un número de teléfono oficial para que las familias puedan obtener información tras un naufragio”.