En un discurso sobre no proliferación pronunciado en Washington, Clinton aseguró que en la actualidad, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) “no tiene ni los instrumentos ni la autoridad para desarrollar su misión de una manera efectiva”.
Como muestra, se refirió al “fracaso” de esta institución al no detectar una planta de enriquecimiento de uranio en Irán y un proyecto de reactor en Siria.
La secretaria de Estado destacó que, aunque ahora no existe como en el pasado una carrera armamentística entre las potencias nucleares, sí hay “una amenaza que es más difusa y quizás más peligrosa”.
Se refería, en concreto, a los esfuerzos de los “países ilícitos” y las “organizaciones no estatales” que están envueltas en la producción y venta de material nuclear en el mercado internacional.
En este sentido, dijo que “la comunidad internacional ha fracasado en evitar que Corea del Norte desarrolle armas nucleares. Ahora, nos hemos embarcado en un esfuerzo diplomático para lograr que este país haga marcha atrás”.
No obstante, la secretaria de Estado afirmó que Estados Unidos nunca levantará las sanciones completamente a Corea del Norte, lo que implica que no aceptará a esta nación como una potencia nuclear.
También se quejó de que “Irán continua ignorando las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en las que se le pide que suspenda sus actividades de enriquecimiento de uranio y que cumpla con sus obligaciones internacionales”.