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Cádiz

Miles de personas respaldan en Cádiz el 8M

La capital gaditana se tiñe de morado en una manifestación del Día Internacional de la Mujer con una participación masiva

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Miles de personas, mayormente mujeres, han salido a las calles de Cádiz una vez más para reivindicar el 8M. El movimiento feminista sigue tan fuerte como en las últimas convocatorias, y a pesar de la incertidumbre por coincidir este año en domingo, lo cierto es que la participación ha sido masiva. Además, el clima ha acompañado con una mañana soleada y de temperatura agradable.

La marcha partía a las 12.00 horas de la plaza de Asdrúbal, y en pocos minutos tiñó la avenida principal de morado. En sus filas había familias con niñas y niños, colectivos feministas, aunque también sociales como la Marea Blanca o los Pensionistas, y componentes de agrupaciones carnavalescas que se unían a la manifestación que coincide con la celebración del Carnaval Chiquito. También los sindicatos como de costumbre y los partidos Izquierda Unida, PCE, Adelante Andalucía, Podemos y PSOE.

El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha participado en la movilización de la capital gaditana, donde ha afirmado ante los medios que “nos encontramos en un día de fiesta pero también de reivindicación, un día de esperanza en conseguir una igualdad real entre hombres y mujeres, algo que sólo se puede hacer construyendo feminismo”. Para el ministro conseguir la igualdad “no solo consiste en superar el pasado, sino en impedir que el pasado no gane cotas y cuota como estamos viendo en los últimos años, por lo que no podemos bajar la guardia”. “Tenemos que gritar tolerancia cero con la violencia de género, el maltrato y el abuso de mujeres, niños y niñas”. Campos ha animado a los hombres a que formen parte de los movimientos feministas “porque la igualdad es de todos”.

Por su parte Teresa Rodríguez, presidenta del grupo parlamentario Adelante Andalucía, ha reconocido que el movimiento feminista “se encuentra fuerte, y demuestra que es uno de los movimientos sociales que más crece entre las nuevas generaciones, algo que es absolutamente esperanzador”. Rodríguez señalaba que en este año “hay más motivos que nunca”, ya que “es un año en el que estamos amenazadas por el pin parental, en el que tenemos un gobierno condicionado por las políticas de extrema derecha, recortando la renta mínima de inserción y con retrasos en las ayudas a la dependencia y con las pensiones no contributivas…”. “Todos los recortes de políticas sociales afectan a las mujeres, porque cuando el Estado no responde, responde la mujer con su trabajo impagado”.

La manifestación finalizaba con la lectura del siguiente manifiesto:

 

¡¡Compañeras volvemos a estar aquí otro 8 de marzo, no olvidemos que las calles, las fiestas y la noche también son nuestras!! Y con ello reivindicamos el derecho de todas las mujeres. Y sobre todo el derecho a ser ¡LIBRES!

No estamos todas, faltan las asesinadas, (14 en lo que va de este año 2020, y 1047 desde 2003).

Faltan las cuidadoras que realizan un trabajo que no está contemplado como tal, sin remuneración y tan normalizado por esta podrida saciedad patriarcal. Las mujeres somos las que cubrimos los puestos de trabajo que tienen que ver con el mantenimiento de la vida, y por ello o no están pagados o son los peor pagados, no producimos nada, cuidamos de los cuerpos, y sostenemos la tierra. Las tareas domesticas siguen recayendo sobre nuestros hombros.

Faltan las compañeras que a pesar de ser hoy domingo tienen que trabajar, (camareras, cocineras, camareras de piso, limpiadoras, doctoras, enfermeras, celadoras...). Muchos de estos trabajos están encuadrados en sectores laborales altamente feminizados y precarizados. Concretamente en una ciudad como Cádiz, la limpieza y mantenimiento de las VIVIENDAS DE INTERES TURISTICOS, APARTAMENTOS TURISTICOS y hoteles que están directamente relacionados con la TURISTIFICACIÓN en masa, son puestos de trabajo sin unas condiciones dignas para las trabajadoras. La mayoría no consiguen cotizar por el tiempo real trabajado, no nos cubren la cotización a jornada completa, y esto repercute en la pensión, tenemos las mínimas. Pero si el trabajo realizado ha sido el del cuidado del marido y de los hijos esa pensión sufre un recorte drástico en caso de enviudar.

Estamos sufriendo una violencia brutal contra la mujer, (y no solo porque nos están violando, y nos están asesinando), en una violencia que viene ejercida desde arriba hacia abajo. LA VIOLENCIA INSTITUCIONAL y no es un invento de las feministas.

La violencia institucional es aquella violencia física, sexual, psíquica, o simbólica, ejercida abusivamente por funcionarios del estado en cumplimiento de sus funciones.la violencia institucional se caracteriza por el uso del poder del estado para causar daño y reforzar los mecanismos de dominación.

Recortes presupuestarios que afectan a las pensiones, (las más bajas están feminizadas), a las ayudas sociales, (las familias monoparentales están en riesgo de pobreza y exclusión), cuestionar el testimonio, (dar más credibilidad a la victima que al agresor) ofrecer información inadecuada, falta de formación de género, presuponer que es una denuncia falsa, androcentrismo de la justicia, falta de voluntad política. Estas son las múltiples caras de una de las violencias más invisibles y dramáticas: cuando el Estado y sus agentes fallan en la atención y protección frente al maltrato machista.

Pero también hay que extender esa violencia institucional a instituciones y situaciones sistemáticas no estatales, como la familia, la pobreza, el sexismo, el racismo, la LGTGIfobia, las

relaciones laborales o los sistemas educativos y de salud.

Cuando el poder ejerce su violencia sobre la inmigración, es la mujer migrante la que más lo sufre.

Las mujeres migrantes existimos y estamos aquí. Nos hacemos presentes para que se escuche nuestra voz. Somos diversas como diversos son nuestros países de origen. Hemos migrados por diferentes razones y todas hemos tenido que tomar decisiones valientes y aguerridas: la crudeza de la guerra, el horror de la violencia, la búsqueda de nuevas oportunidades de estudio y trabajo, el deseo de aventura, de experiencias y conocer culturas distintas o siguiendo al corazón. Hemos dejado atrás cultura, familia, tradiciones, amistades, la red que nos sostenía, para construir otra vida. También traemos nuestros saberes y experiencias para compartir y enriquecerles. Si algo hemos aprendido de nuestra experiencia migratoria es que, en el mundo, en cada país, en cada ciudad, en cada pueblo, todas, todos, todes,¡¡ nos necesitamos!! ¡¡Las mujeres existimos y aquí estamos!!

En estos últimos años, si algo ha expuesto el movimiento feminista en sus reivindicaciones, ha sido, la violencia institucional. Hablamos de los agresores, pero pocas veces se asocia que el propio estado a través de sus agentes, pueden agredir de forma directa o indirecta. La violencia institucional ha sido siempre la menos visible, la que más se ha silenciado, la más impune de todas.

Nuestras leyes sobre género no recogen, entre las diferentes formas de violencia, la violencia institucional, ni en el ámbito estatal ni autonómico.

¡Las mujeres queremos ser libres para ser madres o no! Por ello exigimos ¡ABORTO LIBRE SEGURO Y GRATUITO!

Pero si decidimos seguir con el embarazo exigimos: La ampliación de la baja maternal a 6 meses como medida inmediata. Lucha contra la violencia obstétrica. Medidas de conciliación reales. Atención de calidad en la sanidad pública

Hay una impunidad en la violencia institucional. Por ello exigimos desde el movimiento feminista del 8M haya sanción y control de los deberes por parte del estado sobre la violencia ejercida sobre las mujeres, venga de donde venga.

Como ya hemos dicho ¡La calle y la fiesta también son nuestra! Y las mujeres del carnaval ponemos nuestra voz. Porque somos imparables y nos alzamos para manifestar. Que queremos desmantelar los estereotipos, prejuicios y barreras que impiden nuestra participación directa en el carnaval. Colocar la igualdad en el centro del debate del carnaval con más participación real y desde la trasversalidad, implicando a mujeres componentes, autoras, maquilladoras, artesanas, periodistas, trabajadoras del Gran Teatro Falla, y obtener representatividad en los órganos oficiales del carnaval con voz y voto.

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