Este preacuerdo se basa en la puesta en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que supondrá “la suspensión de contratos y no la extinción, como en principio se planteaba por la empresa”. El expediente se sustenta “en el descenso de la actividad de la empresa fruto de la coyuntura económica”.
Así, pretende ser un instrumento que garantice la viabilidad futura con el mantenimiento de los puestos de trabajo”. El ERTE afectará a 97 de los 117 trabajadores en plantilla. Además, se prolongará por espacio de un año y afectará de forma rotativa mediante el trabajo de un mes consecutivo y la suspensión del contrato por espacio de 45 días, en la gran mayoría de las categorías profesionales.
El acuerdo se complementa con un plan social de acompañamiento, en el que la empresa se compromete a mantener el 100% de las cotizaciones a la seguridad social, a complementar los salarios dejados de percibir o a respetar el periodo de vacaciones.
