No caben más corazones en las redes sociales, ni más agradecimientos, ni más aplausos, ni más historias, ni más héroes anónimos; pero son muchos los fallecidos, y el rastro de dolor y sus secuelas araña también a ese espejo de la sociedad que hoy son las redes. Hay ya demasiados corazones negros.
Asoman entre tanto sufrimiento los mensajes de esperanza; @OjodeThot ha subido a su cuenta un pequeño vídeo de Carmen, una paciente de 75 años que se ha recuperado en el hospital Gregorio Marañón de Madrid tras haber estado "muy malita" y que ahora derrocha palabras de ánimo para quienes lo están padeciendo y para quienes les están cuidando.
"Carmen quiere lanzar este mensaje a los yayos de España, los que nos han enseñado a luchar y seguir adelante contra viento y marea. Ella da ejemplo y esperanza. Te queremos Carmen", ha escrito.
@javikatura ha logrado sin pretenderlo que una ilustración suya se haya convertido en viral y haya saltado de un continente a otro.
Ha dibujado a toda una comunidad de vecinos y cada uno desde su ventana ha lanzado un cabo contra el pico más alto de la curva de la pandemia y tiran al unísono para tratar de bajarlo, "entre todos podemos frenar la curva".
Emergen e inundan las redes miles de historias de personas que se han convertido en héroes anónimos. @AlbertoArcosWeb informa cada día de su incorporación a la guardia en el hospital en que se ha transformado el IFEMA en Madrid; se ofrece para contactar con todos, pero con especial atención a los mayores que no tienen móvil.
Los hilos y las conversaciones se desbordan para agradecer un gesto que demuestra "una calidad humana admirable", para agradecer "una preciosa iniciativa" y para expresar, desde numerosos rincones de España, sentimientos de orgullo y de admiración.
"Ifema pabellón. Amo a un médico hipster que parece sacado de un garito de Malasaña pero que me subió la saturación siete puntos con una válvula. Amo a Ana que ha estado toda la noche vigilándome para que durmiera boca abajo y con la máscara en su sitio para la saturación", dejó escrito en la red el periodista pamplonés @Pixel_Jonan.
Son también historias y vidas que se cruzan, en los hospitales y en las redes, porque @Pixel_Jonan recibió de madrugada la visita de un sanitario. "¿Tú eres Jonan?", era @AlbertoArcosWeb y le llevaba los saludos de algunos de sus amigos que habían atendido el ofrecimiento que había hecho de aprovechar sus ratos de descanso para llevar esos recuerdos y deseos de recuperación.
"Mi héroe no es Messi, ni Cristiano ni nadie de los grandes futbolistas. Mi heroína es mi hija, con dos cojones peleando con el virus", y aunque tiene 1.600 seguidores la foto de su hija sanitaria ataviada con rudimentarias medidas de protección acumula ya más de 100.000 "me gusta".
Y el hilo o conversación que se sucede a continuación deja patentes que son muchos más: "Otra heroína sin capa"; "y la mía", "y la nuestra".
Pero las redes se colman también de homenajes y de duelo. "Con los pelos como escarpias" describe alguien cómo asistió al homenaje que la guardia urbana de Barcelona y los Mossos de Escuadra dedicaron a un compañero de la Policía Nacional que ha fallecido.
El padre de Rafa murió en casa, junto a su mujer, después de haber recibido el alta hospitalaria. "Hoy tu padre escuchará los aplausos que pare él dedico con todas mis fuerzas", ha escrito en las redes su amigo Carlos, por si encuentra en esos mensajes el consuelo y la ayuda que no puede trasladarle en persona.
Policías de toda España han incorporado a sus patrullas rutinarias paradas frente a las ventanas de los niños que cumplen años para hacer sonar desde su megafonía canciones de cumpleaños y agradecimiento por el esfuerzo que están haciendo los más pequeños.
"Puede que no sea la celebración que Miguel esperaba para su quinto cumpleaños, pero nuestros agentes han hecho que su día sea un poco más especial. Enhorabuena a todos los peques por lo bien que se están portando", ha escrito la Policía Nacional.
Pero Miguel sí ha tenido un día muy especial, y su muro se ha llenado de agradecimientos, de dibujos de niños que les reconocen el trabajo que están haciendo, y esos dibujos se viralizan en las redes, como los aplausos, como los corazones, como tantas historias que se merecen un titular... como el dolor que está crisis está causando.
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No cabe ni un corazón más
No caben más corazones en las redes sociales, ni más agradecimientos, ni más aplausos, ni más historias, ni más héroes anónimos
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