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Arcos

“Tenemos que ser humildes y darnos cuenta de que no somos dioses"

Entrevista con el obispo diocesano, José Mazuelos

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  • El obispo diocesano analiza la crisis del Covid-19 desde los ojos de la Iglesia. -

JOSÉ ANTONIO PANAL

Desde el lunes 11 de mayo, la provincia de Cádiz, y con ello Arcos, se encuentra en la Fase 1 de la desescalada. La Diócesis Asidonia-Jerez ha estado preparando el paso a esta nueva fase que, entre otras medidas, contempla limitar el aforo de los fieles a un tercio, pues estos tendrán que acudir con mascarillas, guantes y las manos desinfectadas. Otra medida es la supresión provisional del rito de la paz. El pastor y obispo diocesano, José Mazuelos, ha concedido una entrevista a ‘Radio Arcos’ en la que habla de la desescalada y las medidas tomadas para la asistencia a los templos.

Desde el punto de vista de la fe, ¿cómo se puede llegar a entender esta situación?  
–Esta situación se puede llegar a entender porque, en definitiva, en este mundo existe el mal, el sufrimiento y la enfermedad. En el Evangelio lo dice el Señor: hay terremotos, hay enfermedades...; es algo intrínseco a este mundo. Por eso tuvo que venir Cristo, para abrir una puerta de esperanza. Ese mal no va a tener la última palabra, sino que Dios.

Una situación que ha provocado que tengamos que vivir una Cuaresma muy distinta a la que estamos acostumbrados...
 –Totalmente distinta, no estamos acostumbrados a vivir como estamos viviendo ahora en el confinamiento. Es una experiencia totalmente nueva pero que también nos sirve para pararnos porque estábamos en un camino en el que pensábamos que somos como dioses, que dominamos la naturaleza, que lo controlamos todos, que con la biotecnología no nos va a pasar nada, que es cuestión de dos días, y empezamos a descubrir que no somos dioses, que necesitamos mirar al cielo. Por eso, aunque la Cuaresma ha sido distinta la esencia ha sido la misma, que es mirar al cielo y darse cuenta que del polvo venimos y al polvo volveremos. En definitiva, es una llamada a la humildad,  a la Cuaresma, para abrir las puertas del cielo y encontrarnos con Cristo resucitado. Una Cuaresma distinta en modo, pero en esencia y contenido ha cumplido mejor la función, para darnos cuenta de que tenemos que ser humildes y que no somos dioses.

Una cuaresma en la que usted ha querido acompañar a las hermandades que hacen su estación de penitencia...  
–Sí, nuestras devociones tienen la fuerza de hombres y mujeres que a lo largo de la historia han vivido la verdad. Decía Santa Teresa que “La verdad es la humildad”, han vivido en la humildad. No han tenido tanto bienestar ni tenían tanta biotecnología y vivían en la humildad. Sabían que necesitaban de Dios creador, y por eso en la Semana Santa la raíz fuerte está en las devociones. En Arcos, el Nazareno tiene su fuerza en la de hombres y mujeres que durante siglos le han rezado y han puesto sus fuerzas allí. Cuando sacamos las imágenes a la calle, es una forma de decir que tenemos que mirar al cielo. Este año no ha podido ser, no hemos escuchado por nuestras calles las páginas de la Pasión, Muerte y Resurrección, pero eso no ha quitado que este año hayamos rezado a través de los medios de comunicación. Hemos mirado la cara de nuestras imágenes, es lo que he intentado hacer en Jerez, acercar la imagen y darle fuerza a la devoción. Una opción que se ha hecho en todos los sitios, imagino que también en Arcos.

Una pandemia que ha provocado que desgraciadamente muchas familias se hayan visto abocadas a recurrir a Cáritas, lo que ha provocado que en sitios como Jerez los costaleros se hayan movilizado para ayudar a las familias más necesitadas. En Arcos, ha habido hermandades que han recogido alimentos. ¿Una situación muy complicada para muchas familias?  
–Es una situación muy complicada para las familias, y es ahora donde tenemos que poner la carne en el asador por parte de los católicos. Ya hemos empezado a dar la cara con esa labor de la Iglesia silenciosa, asistiendo a los más necesitados y siendo generosos, compartiendo. Aprovecho este momento para destacar que ahora nos toca seguir creciendo en generosidad, compartiendo porque hay muchas personas sufriendo por el paro o con muchas dificultades, pero pienso que si todos hacemos lo que ya hemos empezado a hacer en esta pandemia, que es desarrollar esa parte grande del ser humano, ese reconocimiento a las personas que dan su vida como un don, ese conocerse mejor entre los vecinos, esos costaleros, esas hermandades también preocupados por hacer un mundo más agradable..., es una semilla que tenemos que seguir regando y todos los hombres de buena voluntad. Los católicos tenemos que darnos la manos para paliar el sufrimiento de tantas personas.

¿Cómo se prepara la Diócesis para la apertura de los templos?  
–Pues siguiendo las recomendaciones sanitarias. Lógicamente hay que mantener la distancia de metro y medio, un tercio del aforo de las iglesias. Hemos sacado unas recomendaciones para que se lleve gel desinfectante, se aconseja comulgar en la mano previa desinfección, se recomienda usar mascarillas que, gracias a Dios y nuestras hermandades, nuestros católicos han hecho muchas mascarillas que ayudan a no contagiar. Se dará prioridad a las normas sanitarias. Habrá un aforo de un tercio, y se insta a las personas mayores a que vean la misa por la tele y evitar una afluencia masiva. Pienso que manteniendo las distancias y respetando el aforo de un tercio, y con las iglesias grandes, que tenemos espacio para todos.

En cuanto a los sacramentos, ¿se van a empezar a administrar?  
–Sí, a partir de que pasemos a otra fase estaremos más normalizados. Pero ya se pueden administrar, las comuniones se ha dicho que se den facilidades, siendo conscientes de que habrá que hacerlo en pequeños grupos, con las familias, consensuándolo y empezar con ellas teniendo en cuenta las recomendaciones sanitarias.

¿Ha tomado alguna decisión como pastor diocesano sobre el Corpus?  
–El Corpus casi seguro que no vamos a poder hacer una procesión por la calle. En principio lo celebraré en la Catedral y haré una procesión interna. No sé cómo  estaremos cuando lleguemos, depende de cómo evoluciones la epidemia. Lo que sí tenemos claro es que dentro de la Iglesia haremos la Eucaristía y dentro se hará la procesión del Santísimo. El resto depende de las autoridades civiles y sanitarias.

Muchos cofrades piensan ya en los meses de septiembre y octubre. ¿Si le llegan solicitudes de salidas extraordinarias, las estudiará?  
–Te respondo como respondo a todos: de aquí a octubre veremos lo que puede pasar y cómo vamos para ahora pensar en salidas extraordinarias. Ya veremos, tampoco se trata de salir a la calle por salir, habrá que ver sus razones, a lo mejor es porque hemos encontrado una vacuna y entonces vamos todos a la calle a darle gracias a Dios, ojalá.

¿Ha habido algún sacerdote de los que prestan servicios en los hospitales que se hayan contagiado?  
–Que sepamos, sólo hemos tenido uno y ha estado confinado. No tengo constancia de que haya más, y precisamente ese sacerdote no es capellán del hospital. Los capellanes gracias a Dios no han tenido coronavirus.

Por último, un mensaje para el pueblo de Arcos.
–Que mire bien al Nazareno para llevar la cruz que nos abre la esperanza de ser cirineos para ayudar al hermano que tiene menos, que sufre. El Nazareno sigue ahí para darnos esperanza, para salir todos juntos tenemos que saber que tenemos un padre común y una madre. Entre todos, tenemos que alentarnos y saber que es posible.

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