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Desde la Bahía

Pedraza, solución ideal

Tirar la primera piedra en esta España de corrupciones que cada vez tienen más dígitos, es una figura patética. 

Publicado: 09/08/2020 ·
16:32
· Actualizado: 09/08/2020 · 16:40
Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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No conseguimos que la función acabe. Sigue el baile de multas y mascarillas. A la mascarilla le ha ocurrido lo mismo que a la chica poco agraciada y con padre de gran poder económico, que acudía a los bailes oficiales de los "palacetes aristocráticos". A los jóvenes uniformados invitados a estos eventos, se les aconsejaba por parte del mando correspondiente sacasen a bailar aquella joven tan influyente, aunque de escasa belleza corporal. Como es natural la exhortación no fue suficiente y antes de que aquello desembocara en un conflicto de consecuencias graves con sus progenitores, a la joven oficialidad se le ordenó bajo pena de arresto, la obligatoriedad de que aquella mujer continuamente estuviera acompañada. Es verdad que luego la alegría y amenidad de su trato y conversación hizo que todos los varones quisieran bailar una "pieza" con ella.

Hay una verdadera progeria informativa. Los protagonismos se suceden con la misma rapidez con que se replican los virus. Las historias sin embargo, siempre recuerdan por su mayor o menor similitud acontecimientos ya vividos. Los Reyes ya están en Bayona, padre e hijo. Mayo de 1808. Jose Blas de Molina, cerrajero, grita con todas sus fuerzas: Traición quieren llevarse a todos los miembros de la Familia Real. De ahí, al Cuartel de Monteleón, Dos de mayo e inicio de una contienda que recuperaría nuestra Monarquía y expulsaría, vencido, al invasor. 

Se nos va el Monarca Emérito, en silencio, en secreto, agobiado ante tanta presión que parte de su mismo reino, condenado sin que ningún Tribunal de Justicia le haya considerado, hasta la fecha, imputado o procesado, pero con un grito muy diferente al de hace dos siglos: "Hay que echarle. Hay que acabar con la Monarquía. Condenarlo o desterrarleo. La onda expansiva llega al Jefe del Estado, al Monarca actual. Quieren que se vaya todo vestigio de Monarquía y que la Constitución se cambie prontamente. Es el envés de la Guerra contra los franceses. 

Cuando se tienen pies, se dan traspiés, pero también se recorren y sobrepasan caminos que parecían imposibles o al menos muy difíciles de superar. La memoria retiene estos hechos, aunque cuando se le añade el calificativo de "histórica" tiende a parcelarse interesadamente. Un teatro parlamentario independentista tacha a la Monarquía de delincuente. 

Hoy en el debate entre ateísmo o Dios, me quedo con lo segundo y por una razón muy sencilla: porque es sabio. Cuando en una familia ocurren hechos en los que pueden demostrarse que ha habido prodigalidad, disipación de bienes ajenos o propios, apropiaciones no ajustadas a legalidad o cualquier otro tipo de abuso, ello puede ocurrir en cualquiera de sus miembros, pero en la parábola del hijo pródigo, Dios puso de acusado al hijo y de defensor a ultranza y contra toda opinión, al padre. No olvida éste la rectitud de la justicia, pero antepone el amor al hijo. Pero estamos viendo cómo desde hace ya meses se quiere que un hijo haga de fiscal acusador de su padre y ya han conseguido parte, cuando éste se ha declarado no heredero de bienes y ha suprimido un peculio económico al mismo. 

Que alegría tener un padre con 83 años. Amarle profundamente. Sentir su ausencia con la misma intensidad que el rio seco la lluvia. Conversar con él sobre los distintos aspectos de la vida. Sobre lo realizado con brillantez y sobre lo trasteado o realizado indebidamente o con visos de tener que responder ante la justicia. Formar con el "un bloque" donde el cariño sea quien fragua el molde y las esquirlas que quita el escultor, para finalmente dejar ver la figura esculpida, sean las acciones que se salen de los márgenes de los valores que hay que conservar.

Tirar la primera piedra en esta España de corrupciones que cada vez tienen más dígitos, es una figura patética. 

Por todo ello el hijo en esta ocasión tiene la posibilidad de conseguir albergar nuevamente a su padre en Palacio. Aprovechando la escasa distancia que hay desde el mismo al medieval pueblo de Pedraza, ofrecerle allí el mejor cordero, unidos en vínculo familiar. Decirle que los ya pocos años de vida que le quedan de vivir, lo tendrá a su lado incondicionalmente, aunque algún familiar criticase el hecho y ambos vendrían a reconocer que si en algún momento, hubiera que responder ante un Tribunal de Justicia - algo hasta ahora inexistente - por hechos contrarios a la legalidad penal, allí estarían como un ciudadano español más. A veces bailar con la más fea, aunque en principio ocasione burla, puede finalmente ser la joya de valor que por estar parcialmente cubierta de barro, tantos despreciaron.     

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