La reforma del sistema de pensiones es uno de los asuntos más espinosos de los que va a tener que hacer frente este gobierno de coalición, va a ser desagradable porque esta reforma no gustará en el país en general ni a sus votantes en particular, ya que plantea una disminución del poder adquisitivo de los pensionistas. Esta reforma tiene otro agente en la ecuación, la Comisión Europea, ya que para el organismo internacional es una piedra de toque para comprobar si España va enserio a reformar su sistema financiero para hacerlo viable de cara al futuro. Todas las ayudas prometidas por el Gobierno están sometidas a estas reformas.
Como en muchos asuntos en estas cuentas hay diferentes puntos de vistas, pero algunos análisis son realmente incomprensibles. Es fácil comprobar que la subida de impuestos, situación que se está dando en nuestro país, ahuyenta la inversión ya que ataca la rentabilidad de los diferentes negocios. Esta inversión es transcendental en España para la creación de puestos de trabajos y expandir el mercado laboral más allá de los pobres números que presenta incluso en los mejores años. En este contexto se escucha a José Luis Escrivá, quien dirige el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones diciendo que “vamos a tener que absorber muchos inmigrantes para mantener el Estado del bienestar”. Una reflexión para mí equivocada, ya que España actualmente cuenta con más de tres millones y medio de parados, la falta de trabajadores no es el problema de este país, la dificultad real es la de encontrar trabajo para estas personas y que con ello contribuyan al sistema, porque es ahí donde esta el verdadero agujero de este puzzle que hemos montado.
¿Para que nos sirve más personas en este país? Indistintamente si son inmigrantes o no, las personas que no contribuyen son personas que crean un gasto ya que como es lógico tienen las coberturas de los servicios que da el estado de bienestar, para ser un país de acogida tenemos que ser un país que genere trabajo y para eso hay que cambiar y mucho el rumbo que han tomado nuestros gestores en los últimos años.
Está en nuestra naturaleza ser acogedores y generosos, pero para que esto se pueda mantener en el futuro necesitamos que todo esto sea viable y rentable, porque si no llegará el día que se derrumbe estos castillos en las nubes en los que estamos viviendo.