Pablo Iglesias ha removido el mapa político de nuevo, tras la maniobra de Díaz Ayuso en Madrid. De vicepresidente a candidato a la Comunidad de Madrid. Alivio y estupor a partes iguales. Todo empezó en Murcia. Se presenta una moción de censura para regenerar al gobierno murciano - el PP había perdido las elecciones generales a manos de Vox y las autonómicas por el PSOE - y se provoca un seísmo político. Se convierte en un fiasco. Los populares la hacen fracasar nombrando a tres consejeros de los seis parlamentarios de que dispone Ciudadanos. La regeneración se convierte en transfuguismo de libro, según el pacto firmado por los tres partidos de este affaire. El acuerdo de antitransfuguismo entiende por tránsfugas a los representantes locales, autonómicos y estatales que, traicionando a los partidos políticos que los presentó, hayan abandonado, hayan sido expulsados o se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes. Más claro que el agua y firmado por PP, PSOE y Ciudadanos, más quince partidos. Tirado a la basura por el PP, que en Andalucía ha sido muy exigente con Adelante Andalucía.
La réplica se siente en Madrid. Se presentan las mociones de censura por Más Madrid y PSOE cuando se enteran de que Díaz Ayuso iba a disolver el parlamento. Los tribunales priorizan las elecciones para el 4 de mayo. No hubo “foto finish” de llegada al registro del parlamento. Se alega como excusa la moción de Murcia pero la realidad es muy otra. La presidenta de Madrid estaba decidida a medir su populismo en las urnas porque no soportaba a su vicepresidente de Ciudadanos y pretendía -de acuerdo con Aznar- dar el golpe de gracia a Ciudadanos -con la colaboración de Rivera- absorbiéndolo y acercando al PP a Vox. El precio, poner ante los hechos consumados a Pablo Casado. Con Vox en las próximas elecciones. Juntos o separados, pero en un mismo proyecto político anticomunista, antisocialista y antinacionalista. Faltan la masonería. ¿Cuánto más se puede retroceder? ¿Ha vuelto Franco? El reto deja muy atrás el durísimo discurso de Casado contra Abascal en la moción de censura que éste presentó en el Congreso. El margen del PP se estrecha, el centro puede seguir esperando un quinquenio y ahora Vox será el único arbitro de sus pactos. Empezó en Murcia y Moncloa tendrá que remodelar el gobierno de España.