En una mañana como la de este Domingo de Pasión, en condiciones normales, Pablo Baena debería subirse al atril del Teatro Villamarta para pregonar lo que estaría por venir en tan sólo siete días: una Semana Santa con cofradías en la calle. Sin embargo, las circunstancias obligaron al Consejo de la Unión de Hermandades a suspender este acto y, quién sabe si en el futuro, tras dos suspensiones consecutivas, llegará este bornense a versar sobre las cofradías de Jerez.
Ante todo, ¿cómo estás llevando la Cuaresma?
–Dentro de lo atípica que está resultando, sobre todo por la perspectiva del tipo de Semana Santa en que desemboca, la estoy pasando con relativa normalidad.He vivido con profundidad y devoción lo cultos de mis hermandades e intentando reilusionarme todos los días.
¿Es complicado vivirla con plenitud sabiendo que no habrá cofradías en la calle?
–Si algo nos ha enseñado esta situación amarga que nos rodea desde hace un año,es que no se pueden hacer muchos planes. In ictv ocvli, en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar. Así que, vivir el presente es una buena opción. Hay una oración preciosa que rezan los sacerdotes antes de salir al altar y que dice: “Que celebre esta misa como si fuera mi primera misa, mi única misa, mi última misa.” Pues eso, aplicado a la cuaresma, es lo que he intentado poner en práctica.
Pasando a tu pregón, ¿cómo cayó anímicamente la segunda suspensión?
–Imaginaba desde hacía tiempo que sería suspendido.Nadie me ha impuesto nada y en todo momento me he sentido acompañado porque el discernimiento ha sido conjunto entre todas las partes implicadas. El año pasado había ya un pregón escrito para una realidad inminente que no tuvo lugar contra todo pronóstico, pero este año la situación era más que previsible. La tristeza de que no haya pregón está directamente vinculada a que no haya la Semana Santa que queremos.
En septiembre todo apunta a que habrá una nueva permanente en la Unión de Hermandades, ¿te gustaría que volvieran a confiarte el pregón?
–Ser nombrado pregonero de la Semana Santa de Jerez es de los mayores honores que he recibido y que recibiré en mi vida. Las dos veces que he sido nombrado las he recibido con la misma ilusión. Un tercera me aventuro a decirte que sería aún más ilusionante, si cabe, sobre todo porque sería la puerta anunciar la Semana Santa más esperada. Ahora bien,tengo claro que yo fui nombrado para el 2020 y para el 2021 y no para el 2022. Dios es el dueño del tiempo y nosotros somos suyos.
Imaginemos que en 2022 das el pregón, ¿cómo de diferente sería el texto que recitases ese día con el que había previsto para 2020?
–Ojalá pudiera tener el mimo formato que aquel, sería señal de que habríamos recuperado la Semana Santa que teníamos. Aunque el texto no fuera el mismo, ¿quién sueña una Semana Santa distinta a la que nos han robado estos dos años?.
Podríamos decir que has sido uno de los cofrades más afectados por la pandemia con la suspensión del Pregón y el aplazamiento de la Coronación Canónica de la patrona de Bornos. ¿Has llegado a preguntarte “por qué yo”?
–No. No quiero enojar a Dios. En el camino ha quedado mucha gente, otras han perdido a sus familiares o sus empleos. Todos los días sale el sol y todos los días hay que dar gracias.
¿A quién le has rezado más en este tiempo?
–Al Santo Job, para que me dé paciencia (ríe). Fuera de bromas, le he rezado muchísimo a la Virgen. Y ahora que nadie le besa sus benditas manos, yo, que tengo ese privilegio de tener sus imágenes tantas veces cerca en la intimidad,se las beso con más devoción que nunca para suplir los besamanos que ahora no tienen.
¿Te ha sido complicado mantener la fe?
–La fe es una virtud que se recibe directamente de Dios, por eso es un virtud teologal. Mantenerla depende de la fuerza con la que la pidamos. Digamos como los apóstoles: “Señor, tenemos fe, pero auméntanos la fe". Él pondrá lo que no falte.
Por último, ¿cuándo crees que veremos la primera cofradía en la calle?
–La primera no lo sé. La segunda espero que sea Virgen del Rosario de Bornos en su Coronación Canónica. Está todo dispuesto para cuando se pueda, y no vamos a anunciarla a largo plazo, sino en el momento en el que las condiciones sean las mínimas para poder llevarla a cabo.