Sin procesiones, pero con el fervor intacto y con las ganas de vivir de nuevo una Semana Santa como Dios manda, al máximo, los actos en torno al Resucitado cerraron los días de la Pasión católica en Málaga, los del Centenario de la Agrupación de Cofradías, especial sin duda, aunque guardándose las ganas de muchas cosas.
Ha sido la Semana Santa de las colas para acompañar y dejarse acompañar por las imágenes titulares de las diferentes hermandades en los templos y en las Casas de Hermandad, con hidrogel, con la distancia de seguridad, en la medida de lo posible, con las llamadas a la responsabilidad, y con el deseo de que el Covid-19 quede pronto en un mal sueño, para poder estar disfrutando delos tronos en las calles.
Ha sido también la Semana Santa en la que la Cofradía de Jesús el Rico volvió a reencontrarse con la tradición de la liberación de un preso, aunque, para un año tan singular, también aquí se ha hecho historia, porque han sido en esta ocasión tres.
Este domingo, desde la Agrupación titular del Santísimo Cristo Resucitado y María Santísima Reina de los Cielos, se llevó a cabo la oración comunitaria ante los Sagrados Titulares, dirigida por el reverendo padre Salvador Javier Guerrero Cuevas, Delegado Diocesano para Hermandades y Cofradías en San Julián.
Después, la agrupación también acudió a la Misa de Resurrección presidida por el Obispo de la Diócesis de Málaga, Jesús Catalá, en la Catedral. Un Catalá que expreso en su mensaje: “Llegada la Pascua de Resurrección nuestro corazón desbordará de alegría y de luz. Renacerá en nosotros la esperanza y se renovará nuestra vida, al igual que germina y se renueva la naturaleza en primavera. Se iluminará nuestro corazón con el resplandor de Cristo resucitado”.