Todos podemos parecer raros y extraños en algunos momentos y lugares. Hay ocasiones en las que disipamos nuestras dudas con firmeza y seguridad . Debemos aprovechar el tiempo y emplearlo, entre otras cosas, en lo que tenemos que hacer aunque no nos guste..
Podemos hacerlo , aunque dentro de lo raro y extraño, nos parezca fácil y ordinario , pero no hemos de confiarnos. Entre personas nuevas y rastros perdidos, experimentamos la sensación de ser unos fracasados, dominados por esa inseguridad de quienes nos hemos hecho a nosotros mismos, situando toda la realidad bajo sospecha.
A veces nos encontramos como en una isla de felicidad y otras nos parece que no podremos salir de la cámara de los horrores. Estos contrastes nos animan, y son constantes en nuestro quehacer. y nuestras actividades cotidianas,aunque nos distraigamos y nos cansemos con facilidad y seamos incapaces de producir nuevas ideas.
Vivimos unos momentos raros y extraños , y nosotros que somos un pueblo de la cultura del tocar , estamos guardando abrazos y besos para cuando podamos dárnoslo. Son muchas las historias que podemos contar pero pocas las que nos cautivan y seducen.
Seducidos y entontecidos , con servidumbres sin límites , esenciales y secundarios, polémicos e indiscutibles , idealistas y realistas, con soplos de ilusiones y confianzas , conviene no excedernos en ningún aspecto. Hemos de impulsar alianzas cerca de lo que nos importa y lejos de las nubes.
Lo mejor que podemos hacer para combatir, para hacer frente a nuestros adversarios , es evidenciar sus mentiras, sin envolverlos en devociones, iras , violencias y gracias. Somos un poco raros y extraños , si no somos capaces de colocar un poco de purpurina para atraer fortuna y talento.
Estar en una continua actitud de queja y enfado dispara nuestro estrés , mientras que una posición de gratitud hacia nuestra existencia y hacia las personas que nos acompañan promueve la serenidad y las ganas de vivir. Cuando escarbamos en la memoria de nuestras familias encontramos cientos de historia, que lejos de la monotonía nos enseña algunos relumbrones que nos sorprenden.
Resultamos raros y extraños, porque desde nuestra mentalidad de escritor, superamos aquello que no valía para nada y lo convertimos en una historia interesante que comenzaba y terminaba, poniéndonos y quitándonos una mascarilla, en la que abrían y cerraban la función.
Entre el miedo y la vergüenza , vamos prostituyendo que lo no merecen el respeto común, y condenamos el bloqueo interminable y alabamos las aperturas a salto de mata. Hacemos malabares y prestidigitaciones para si aceleramos lo bueno podamos frenar lo malo.
Hay quienes están haciendo sus cálculos para la política que viene, cuando no se dan cuenta que es en la que ya estamos , y nos volvemos ciegos y nos perdemos en el camino , sin darnos cuenta que más gestión y menos ruido será una estrategia positiva a la hora de conseguir los objetivos.
Es importante saber que somos y que queremos ser , y no nos debemos olvidar que tenemos derechos que deberían ser inviolables como el de equivocarnos permanentemente o lograr ser estúpidos a través de nuestros errores.
Nos damos cuenta que lo que aprendemos no tiene nada que ver con la realidad y que muchos de los aprendizajes actuales no son imprescindibles , y vamos descubriendo que este no es un mundo cómodo y suave.