El Gordo de Navidad ha vuelto a premiar a los vecinos y visitantes de Roquetas de Mar (Almería) desde la misma administración que ya repartió de forma íntegra este premio en 2015, donde se ha celebrado esta buena fortuna aunque con un entusiasmo menor que el de hace siete años.
El responsable de la administración ubicada en el número 19 de la avenida Roquetas, José Martínez, ha asegurado a los medios que en su establecimiento están “todos muy contentos por dar por segunda vez el Gordo” en un espacio tan corto de tiempo. “Estamos tocados por la varita mágica y por el trabajo también, sin trabajo no hay suerte”, ha dicho.
El lotero apunta que cree que la “mayor parte” de los 60 millones de euros que ha dejado el 05.490 se quedan en este municipio, ya que las ventas se han realizado por ventanilla. “No es como la otra vez, que fue para un colegio, ha sido a personas individuales”, ha añadido.
“No hay dos sin tres (…) Me da mucha alegría, sobre todo por la gente que lleva el décimo. Supongo que habrá gente que lo necesita y hará muchísimo bien”, ha incidido.
Sin embargo, a pesar de no haber faltado el típico brindis con champán y una marabunta de medios ante la administración, a diferencia de hace siete años han sido pocos los que han acudido a celebrar su alegría.
Sin haber resultado agraciado, uno de los primeros en llegar a este lugar ha sido el alcalde roquetero, Gabriel Amat, quien ha dado la “enhorabuena” a los loteros por repartir 60 millones de euros en el municipio en “estos tiempos difíciles”. “Ojalá estén muy repartidos. Enhorabuena a todos, hayan cogido lo que hayan cogido”, ha apostillado.
Uno de los que sí han acudido a confirmar la gracia de la lotería ha sido Vasile, un rumano asentado en la provincia almeriense desde 2001, camionero de profesión que el pasado 16 de octubre sufrió un infarto”.
“No puedo tener alegría, porque estoy con el corazón”, expresaba a su manera el afortunado, quien ha añadido que el dinero se quedará en su familia para “tapar agujeros”, especialmente tras la compra de una casa.
La que también dice que va a “tapar agujeros” y compró una casa en septiembre es Sonia, de la churrería ‘Amanecer’, que ha corrido entre gritos para abrazarse con los loteros. En el negocio en el que trabajan son cuatro los que comparten un décimo premiado, ella, su hermana, su madre y una compañera.
“Nos ha tocado entre cuatro pero tengo mucha alegría (…) No me lo creía, lo tenía en las manos y no me creía que me había tocado”, ha asegurado.
Precisamente, en su churrería se respiraba una alegría no vista en la propia administración. María José Lupiáñez es dueña de este negocio y una de las afortunadas y desvela que una trabajadora es la que siempre compra el 90 porque era un número especial para su abuelo. “Ella decía que su papica iba a dar algún año la suerte”, ha relatado.
Ahora, afirma, dejarán un poquito para un viaje y el resto se hará para pagar todo lo que se debe, algo en lo que coincide su marido, Antonio Pomares, quien ya anuncia que la churrería permanecerá cerrada hasta el lunes.
Como curiosidad, el negocio tiene un “pingüino de la suerte”, y en vista de que no tocaba nada, cinco minutos antes de que se cantase el Gordo la figura ha sido introducida en un congelador. Habrá sido el agradecimiento por el frío o no, pero finalmente les ha tocado.
Además, el Gordo ha dejado otros dos décimos, agraciados cada uno con 400.000 euros, en la provincia de Almería, uno en el barrio de Oliveros de la capital almeriense, y otro en la pedanía de San Agustín, en El Ejido.