Un Juzgado de Almería ha condenado a ocho meses de prisión a un vecino de Huércal-Overa que ejercía de podólogo sin estar en posesión de la titulación exigida, así como al pago de una indemnización de 3.000 euros al colegio profesional andaluz que presentó la denuncia contra él, ya que entiende que con su comportamiento dañó moralmente al colectivo "ocasionándole desprestigio".
En un comunicado, el órgano colegial ha saludado la primera sentencia condenatoria en la provincia de Almería al tiempo que ha trasladado su "satisfacción" ya que la lucha contra el intrusismo y la ilegalidad en el ejercicio de la profesión "es una de las prioridades de la junta directiva, que actualmente tiene abiertos 15 procedimientos en los juzgados".
En concreto, el fallo condena a este vecino de Huércal-Overa por un delito de intrusismo con publicidad y le obliga, además de al pago de costas y de responsabilidad civil, a eliminar toda referencia publicitaria "tanto en soporte físico como en internet, absteniéndose de hacer las labores propias de esta profesión".
"La práctica ilegal de la profesión sanitaria no solo perjudica a los profesionales titulados y colegiados sino también y sobre todo a la salud de la ciudadanía al poner en riesgo la salud de los pacientes, que en casos especialmente serios como el pie diabético puede derivar en graves complicaciones cuando son tratados por individuos sin titular que por tanto, ni tienen ni dominan las funciones de un podólogo", ha advertido desde el colegio profesional andaluz.
De los 15 procesos abiertos actualmente por intrusismo, seis de ellos se tramitan en la provincia de Almería, por lo que el colectivo ha pedido a la Fiscalía y a las fuerzas de seguridad del Estado que "incrementen los esfuerzos en la investigación y persecución de estos casos, dadas la gravedad de las posibles consecuencias y la dificultad que para la obtención de pruebas tiene una institución colegial".
En este sentido, el jefe de la asesoría jurídica del Colegio de Podólogos, Antonio Sánchez, ha afirmado que "el 80 por ciento de las denuncias del sector se refiere a prácticas de intrusismo, de las que la mayor parte no son investigadas, si el Colegio no aporta las pruebas, lo que es sumamente difícil para una corporación profesional dadas las circunstancias en que se comete este delito".
El Juzgado de Almería ha declarado probado en este caso "el ejercicio contumaz" del falso podólogo que se publicitaba como tal, al menos desde febrero 2009, y practicaba la profesión sanitaria en una clínica. El intruso cursó estudios de podología que no llegó nunca a concluir.
