En contradicción con el título -que no con el fondo- de la película de moda “No mires arriba” (Don't Look Up) parece que mirar arriba es más necesario que centrarse sólo con el móvil y las redes sociales. Narra la posibilidad de la colisión de un cometa gigantesco contra la tierra y abruma la indiferencia de los dirigentes con un asunto de tanta gravedad, estando en juego el futuro del planeta. No es una película excelente pero sirve para reflexionar sobre la insensibilidad ante los problemas perentorios de la humanidad. Es una metáfora de la realidad, en clave de comedia, más que una historia creíble. Mirar arriba se ha convertido en imperioso.
El presidente del gobierno ha hecho balance de la situación real de los españoles: la pandemia que no cesa, la actualización de las relaciones laborales, la subida de los costes de las energías, las pensiones, los salarios y las posibilidades que se le abren al país con la llegada de los fondos europeos. Es un recurso retórico con el que bromea casi todo el mundo, pero es cierto que, menos una invasión de alienígenas, en este periodo de mandato ha pasado de todo: pandemia con sucesivas oleadas, acontecimientos meteorológicos desconocidos (varias Danas -Depresión Aislada en Niveles Altos- en el Levante español, la tormenta Filomena en el centro, erupción del volcán palmero…) cierre de uno de los dos gasoductos argelinos, bloqueo mundial del comercio mundial de contenedores… Pero al presidente se le conoce por su capacidad de resistencia -del que tiene un manual escrito- y por sus excelentes relaciones con la Comisión y las Presidencias europeas. Eso tiene de los nervios -incomprensiblemente- al líder de la oposición. Si por vez primera en años se hace una reforma laboral -perfectible como es obvio- por consenso entre empresarios y sindicatos y se consiguen 140.000 millones de euros -una cifra astronómica- para la renovación de las estructuras del país, es mejor para España hacer política -propuestas - que descargar a ras de suelo descalificaciones improductivas y destructivas. El presidente hizo especial hincapié en la estabilidad y la culminación de la legislatura.
Ya talló para siempre en Entreguerras, mirando hacia arriba, José Manuel Caballero Bonald: “…escribo una vez más la gran pregunta incontestable ¿eso que se adivina más allá del último confín es aún la vida?”.
¡Feliz entrada del año 2022!