Andrés Marín protagoniza un espectáculo fuera de serie
Genial, no cabe decir otra cosa. La imaginación al poder, la revolución de un artista personalísimo, elegante y flamenco... y muy loco, lo que en este caso concreto significa todo un elogio, porque hay que ser valiente para darle en la frente a quienes no ven más allá de sus estrechas lindes.