El número de estas personas que molestan se ha disparado en pocos meses
Responsables de comercios y bares de la céntrica plaza Plateros han mantenido estos últimos días diversas reuniones entre ellos con el fin de acordar qué tipo de medidas pueden adoptar para evitar las pérdidas que vienen sufriendo en sus negocios como consecuencia de la presencia de numerosas personas que se dedican a beber en plena calle y molestan a los transeúntes y clientes pidiéndoles dinero o tabaco.
Fruto de esos contactos entre unos y otros se ha acordado celebrar una asamblea de todo ellos mañana jueves en la que cerrar de común acuerdo qué tipo de medidas se pueden adoptar para que el Ayuntamiento ponga freno a esta situación que amenaza con agravarse cada día que pasa.
Los comerciantes de esta plaza son conscientes de que nadie puede impedir que un grupo de personas, sea cual sea su condición, se den cita en los bancos públicos de esta plaza, pero también saben que la ley prohíbe el consumo de estupefacientes y alcohol en la vía pública y estos sujetos hacen ostentación del consumo de bebidas sin que la Policía Local -que ya ha acudido un par de veces ante las llamadas efectuadas- haga nada por impedirlo.
Botellón no perseguido
Entienden los comerciantes de los establecimientos afectados que del mismo modo que se impide el botellón a los jóvenes fuera de los espacios no autorizados para beber, también se podría, de haber voluntad para hacerlo, impedir que estas personas beban en la vía pública, evitando de este modo que se emborrachen y terminen molestando a los clientes de todo tipo de establecimientos.
Se da la circunstancia, además, de que estas personas usan como urinarios algunas de las calles que desembocan en la plaza, que son poco transitadas, lo que provoca un problema de malos olores. Al estar bebiendo sin parar desde poco después de las diez de la mañana, son frecuentes las visitas a los rincones para orinar, con el consiguiente problema.
La mera presencia de estos individuos, a pesar de los gritos y risotadas que profieren una vez se emborrachan, no es el principal motivo de molestia, sino las constantes visitas a las mesas de las terrazas o a las puertas de los comercios en busca de personas a las que pedirles dinero para poder seguir bebiendo.
De la reunión de mañana jueves deberá salir una postura común para pedir al Ayuntamiento que tome cartas en el asunto y haga algo más de lo que está haciendo la Policía Local hasta la fecha para acabar con este problema que amenaza con reducir aún más su clientela en estos tiempos de crisis.