El móvil se ha convertido en una herramienta indispensable para la comunicación, el ocio y el aprendizaje de los niños y adolescentes. Sin embargo,
un uso excesivo o inadecuado del móvil puede tener consecuencias negativas para su salud física y mental.
¿Cómo saber si tu hijo o hija pasa demasiado tiempo con el móvil? ¿Qué puedes hacer para solucionar el problema? Te damos algunas claves.
Señales de alerta
Estas son algunas de las señales que pueden indicarte que tu hijo o hija está abusando del móvil:
- Se aísla de la familia y los amigos y prefiere estar solo con el móvil. Pierde interés por otras actividades que antes le gustaban, como el deporte, la música o el arte. Se comunica menos con sus seres queridos, y se muestra distante o indiferente.
- Tiene problemas para concentrarse, dormir o rendir en el colegio. El uso del móvil puede afectar a la capacidad de atención, la memoria y el razonamiento de los niños y adolescentes. Además, la exposición a la luz azul del móvil puede alterar el ritmo circadiano y dificultar el sueño. Todo esto puede repercutir en el rendimiento académico y la motivación de los estudiantes.
- Se muestra irritable, ansioso o deprimido cuando no puede usar el móvil. El móvil puede generar una dependencia psicológica, que hace que los niños y adolescentes sientan que no pueden vivir sin él. Cuando no tienen acceso al móvil, pueden experimentar síntomas de abstinencia, como nerviosismo, enfado, tristeza o angustia.
- Miente o esconde el tiempo que pasa con el móvil. Los niños y adolescentes que abusan del móvil pueden desarrollar conductas deshonestas o secretas, para evitar que sus padres o profesores se enteren de cuánto tiempo dedican al móvil. Pueden mentir sobre el tiempo que pasan con el móvil, ocultar el móvil en lugares insospechados, o usarlo a escondidas por la noche.
- Descuida sus hábitos de higiene, alimentación o actividad física. El uso excesivo del móvil puede hacer que los niños y adolescentes descuiden su cuidado personal, su alimentación equilibrada y su ejercicio físico. Esto puede afectar a su salud y a su autoestima, y aumentar el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, la diabetes o las caries.
- Tiene dolores de cabeza, ojos, cuello o espalda por la postura o la luz del móvil. El uso prolongado del móvil puede provocar molestias físicas, como dolores de cabeza, ojos secos o irritados, tensión muscular o contracturas. Estos problemas pueden deberse a la postura incorrecta al sostener el móvil, a la falta de parpadeo o a la luz artificial del móvil.
- Usa el móvil en situaciones inapropiadas, como en clase, en la mesa o en la cama. Los niños y adolescentes que abusan del móvil pueden perder el sentido de la oportunidad, y usar el móvil en momentos o lugares que no son adecuados. Por ejemplo, pueden usar el móvil durante las clases, interrumpiendo el proceso de enseñanza-aprendizaje, o durante las comidas, impidiendo la convivencia familiar, o antes de dormir, dificultando el descanso.
- Se expone a riesgos o peligros por el uso del móvil, como accidentes, ciberacoso o sexting. El uso del móvil puede implicar riesgos para la seguridad y la privacidad de los niños y adolescentes. Por ejemplo, pueden sufrir accidentes por distraerse con el móvil mientras caminan, conducen o cruzan la calle, o pueden ser víctimas o autores de ciberacoso, sexting, grooming o phishing, al compartir o recibir contenidos o mensajes ofensivos, sexuales o fraudulentos.
- Gasta demasiado dinero en el móvil o en aplicaciones y juegos. El uso del móvil puede suponer un gasto económico importante, tanto por el consumo de datos, como por la compra de aplicaciones, juegos, suscripciones o micropagos. Los niños y adolescentes que abusan del móvil pueden gastar más dinero del que tienen o del que sus padres les permiten, lo que puede generar conflictos o deudas.
- No respeta las normas o límites que se le ponen sobre el uso del móvil. Los niños y adolescentes que abusan del móvil pueden tener dificultades para aceptar y cumplir las normas o límites que se les imponen sobre el uso del móvil, tanto en casa como en el colegio. Pueden rebelarse, discutir o desobedecer, lo que puede deteriorar la relación con sus padres o profesores.
Soluciones posibles
Si observas algunas de estas señales en tu hijo o hija, es importante que actúes cuanto antes, para evitar que el problema se agrave. Estas son algunas de las medidas que puedes tomar para ayudar a tu hijo o hija a hacer un uso responsable del móvil:
Habla con tu hijo o hija sobre el uso del móvil. Es fundamental que establezcas una comunicación abierta y sincera con tu hijo o hija, y que le expliques los beneficios y los riesgos del uso del móvil. Escucha sus opiniones, intereses y necesidades, y hazle ver las consecuencias que puede tener el abuso del móvil para su salud y su bienestar.
Establece unas pautas y horarios para regular el uso del móvil. Es conveniente que acuerdes con tu hijo o hija unas normas claras y razonables sobre el uso del móvil, como el tiempo máximo diario o semanal, los momentos o lugares prohibidos, o el contenido permitido. También puedes usar aplicaciones o herramientas que te permitan controlar o limitar el uso del móvil, como el modo avión, el control parental o el temporizador.
Busca actividades alternativas que le interesen y le motiven. Es importante que ofrezcas a tu hijo o hija otras opciones de ocio y aprendizaje que le resulten atractivas y divertidas, y que le ayuden a desarrollar sus habilidades y su creatividad. Por ejemplo, puedes proponerle actividades deportivas, culturales, artísticas, sociales o familiares, que le permitan desconectar del móvil y disfrutar de otras experiencias.
Fomenta su interacción social con otras personas. Es esencial que estimules a tu hijo o hija a relacionarse con otras personas, tanto de su edad como de otras generaciones, y que le enseñes a comunicarse de forma respetuosa y empática. Puedes animarle a participar en grupos, clubes, asociaciones o voluntariados, que le brinden la oportunidad de hacer amigos, compartir aficiones, colaborar o ayudar a los demás.
Consulta con un profesional de la salud o la educación que te oriente y te ayude. Si ves que el problema persiste o se agrava, y que afecta seriamente a la salud o al desarrollo de tu hijo o hija, es aconsejable que busques la ayuda de un profesional cualificado, como un médico, un psicólogo o un pedagogo, que te pueda ofrecer un diagnóstico, un tratamiento o un apoyo adecuados.
El móvil es una herramienta útil y valiosa, pero también puede ser una fuente de problemas si se usa de forma excesiva o inadecuada. Por eso, es importante que eduques a tu hijo o hija para que haga un uso responsable y consciente del móvil, y que le ayudes a encontrar el equilibrio entre el mundo digital y el mundo real.