Familiares y amigos dan el último adiós al funcionario asesinado
Tras la misma sus seres queridos decidieron que el féretro del funcionario isleño fuese trasladado en hombros hasta el Cementerio Municipal.
En torno a las dos de la tarde de la jornada de este martes la jueza encargada de instruir la causa dio el visto bueno para que el cuerpo sin vida de Manuel Pereira Fontao regresase a San Fernando despúes de casi tres días en el Instituto Anatómico Forense de Cádiz, donde se le han realizado diversas autopsias desde el trágico suceso de la tarde del pasado sábado.
Fue entonces cuando se dio conformidad a la celebración de la misa de corpore in sepulto que comenzó a las cinco de la tarde en la iglesia del Cristo, el barrio de toda la vida del funcionario isleño. El féretro llegó en torno a las 16.50 horas y fue trasladado bajo un silencio respetuoso por familiares y amigos al interior del templo, donde la misa fue oficiada por el párroco del Cristo y arcipreste de San Fernando, Salvador Rivera Sánchez, cuyo responso se prolongó por espacio de algo más de 25 minutos.
Los rostros todavía de incredulidad de muchos se entremezclaban con las caras de tristeza por la pérdida de una persona “buena”, como era calificada por muchos de sus compañeros en el Ayuntamiento y amigos que hicieron que la iglesia del Cristo se quedase pequeña para dar el último adiós a Manuel Pereiro.
El padre Rivera tuvo palabras de aliento para sus seres queridos. “¿Se ha acabado todo para Manuel? El ser humano piensa que la muerte es un absurdo, pero Manuel ha pasado de la muerte a la vida. Los cristianos saben que cuando mueren, siguen los pasos de Jesucristo”.
Los rostros de su madre y su hermano reflejaban la tragedia y el sufrimiento de tres días durísimos y fueron recibiendo unos tras otro los abrazos y el más sentido pésame de las cientos de personas que se dieron cita en el templo para arroparles en un trance tan duro como el que les está tocando vivir.
A hombros
Una vez finalizado el responso, en un principio se procedió a meter el ataud en el coche fúnebre para su traslado hasta el Cementerio Municipal isleño, pero finalmente los familiares decidieron que fuese a hombros hasta el Camposanto de San Fernando.
Un trayecto de apenas 500 metros que fue recorrido en un plazo de unos 20 minutos, un trayecto en el que Manuel Pereira estuvo acompañado por sus seres queridos en todo momento, formando una larga procesión fúnebre que discurrió por la calle Gran Vía, Reyes Católicos, avenida Maestro Portela, calle La Rábida, calle Álamos y hasta llegar a la puerta del Cementerio, donde ya la esperaban en torno a medio centenar de personas. Descanse en paz.
Fue entonces cuando se dio conformidad a la celebración de la misa de corpore in sepulto que comenzó a las cinco de la tarde en la iglesia del Cristo, el barrio de toda la vida del funcionario isleño. El féretro llegó en torno a las 16.50 horas y fue trasladado bajo un silencio respetuoso por familiares y amigos al interior del templo, donde la misa fue oficiada por el párroco del Cristo y arcipreste de San Fernando, Salvador Rivera Sánchez, cuyo responso se prolongó por espacio de algo más de 25 minutos.
Los rostros todavía de incredulidad de muchos se entremezclaban con las caras de tristeza por la pérdida de una persona “buena”, como era calificada por muchos de sus compañeros en el Ayuntamiento y amigos que hicieron que la iglesia del Cristo se quedase pequeña para dar el último adiós a Manuel Pereiro.
El padre Rivera tuvo palabras de aliento para sus seres queridos. “¿Se ha acabado todo para Manuel? El ser humano piensa que la muerte es un absurdo, pero Manuel ha pasado de la muerte a la vida. Los cristianos saben que cuando mueren, siguen los pasos de Jesucristo”.
Los rostros de su madre y su hermano reflejaban la tragedia y el sufrimiento de tres días durísimos y fueron recibiendo unos tras otro los abrazos y el más sentido pésame de las cientos de personas que se dieron cita en el templo para arroparles en un trance tan duro como el que les está tocando vivir.
A hombros
Una vez finalizado el responso, en un principio se procedió a meter el ataud en el coche fúnebre para su traslado hasta el Cementerio Municipal isleño, pero finalmente los familiares decidieron que fuese a hombros hasta el Camposanto de San Fernando.
Un trayecto de apenas 500 metros que fue recorrido en un plazo de unos 20 minutos, un trayecto en el que Manuel Pereira estuvo acompañado por sus seres queridos en todo momento, formando una larga procesión fúnebre que discurrió por la calle Gran Vía, Reyes Católicos, avenida Maestro Portela, calle La Rábida, calle Álamos y hasta llegar a la puerta del Cementerio, donde ya la esperaban en torno a medio centenar de personas. Descanse en paz.
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