En un panorama laboral donde la edad puede representar un obstáculo significativo para la reincorporación al mercado de trabajo, el subsidio para mayores de 52 años emerge como un pilar de apoyo esencial en España. Esta ayuda está destinada a aquellos que, encontrándose en una etapa crítica de su carrera profesional, pierden su empleo y aún no cumplen con los requisitos para acceder a la jubilación. Recientemente, este subsidio ha sufrido transformaciones tras los intentos del Gobierno por modificar las legislaciones pertinentes, cambios que, aunque no se materializaron en el Congreso de los Diputados, son fundamentales para que los potenciales beneficiarios tomen decisiones informadas.
Ignacio Solsona, reconocido abogado laboralista y fundador del canal de YouTube @Laboroteca, que goza de una amplia audiencia de más de 129.000 suscriptores, ha desgranado en detalle las ventajas que este subsidio aporta a los futuros jubilados. Entre estas ventajas, destaca el significativo incremento en la base de cotización, que este año se prevé ascenderá a 1.653,75 euros. Este aumento está alineado con el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), tal y como se refleja en el borrador de la Orden Ministerial que reformará la orden de cotización para 2024. "Esto implica que la base de cotización mínima en el Régimen General se establecerá en 1.323 euros mensuales, y dado que el subsidio para mayores de 52 años cotiza a un 125% sobre esta base, el importe a cotizar se ajustará a este cálculo", explica Solsona.
Este incremento en la base de cotización no solo se suma al historial laboral para el cálculo de la futura pensión de jubilación, sino que también, y de forma relevante, "no afecta al cálculo de prestaciones como la incapacidad permanente o la pensión de viudedad". Solsona ofrece una solución para aquellos casos en los que el subsidio podría disminuir la pensión futura: la posibilidad de concertar un convenio especial con la Tesorería de la Seguridad Social, lo que permite mantener el nivel de cotización previo al desempleo y evitar repercusiones negativas en la futura jubilación.
Otra ventaja destacada del subsidio es su capacidad para mejorar el porcentaje aplicable sobre la base reguladora de la pensión de jubilación. Este mecanismo asegura que, a mayor número de años cotizados, mayor será la pensión a recibir. "Para alcanzar el 100% de la pensión este año, es necesario haber cotizado 36 años y medio, mientras que para 2027 la exigencia se elevará a 37 años cotizados", puntualiza Solsona. Este aspecto es especialmente beneficioso ya que el subsidio contribuye a sumar meses de cotización, lo cual es crucial para incrementar este porcentaje.
La jubilación anticipada voluntaria también se ve favorecida por este subsidio. Los beneficiarios que lo hayan recibido por un mínimo de 3 meses, al solicitar la jubilación anticipada, se enfrentarán a las penalizaciones correspondientes a la modalidad involuntaria de esta, incluso si no cumplen con los requisitos para acceder a ella. "Este es un privilegio otorgado por la ley a los beneficiarios del subsidio, que se traduce en penalizaciones menos severas y, por ende, en una menor reducción de la pensión", afirma Solsona.
Por último, Solsona resalta una ventaja adicional para aquellos que, al optar por la jubilación anticipada voluntaria y superar el límite de la pensión máxima, se les aplicarán las mismas reducciones que a los que solicitan la jubilación anticipada involuntaria. Esto significa una reducción del 0,5% sobre la pensión máxima por cada trimestre adelantado respecto a la edad de jubilación, en contraposición a un porcentaje de reducción más elevado que afectaría a quienes no se benefician del subsidio.