Los Chunguitos, los Chichos, Requiebro, todos juntos con discos de vinilo a cuestas, esos que antes se escuchaban y ahora se utilizan para ahuyentar a los palomos. Jose Mari parece Parrita y el Selu el sofá de mi salón. Presentación por rumbas y teatro entregado. A la princesa del pueblo el primer pasodoble con final inesperado. Todo un show. La huelga “indefinida” de los controladores en el segundo, le cantan con remordimiento. Arte en los cuplés y “que les vayan dando”, el segundo al balón de oro para enmarcarlo. El “doremí” da tono para un popurrit que encadenan carcajadas pero flamencas.
lo mejor
Ellos, vaya una chirigota guapa, rumbera y con estilo, como cuando éramos modernos.
lo peor
fué que se fueron cuando la fiesta nada más que hizo comenzar y queríamos más, pero ya vendrá.
el público
Entregado de principio a fin como auténtico invitado, con ganas de bailar y arrancarse,más de uno se tuvo que amarrar al asiento.