Cuando un primer premio del año anterior debuta en el Concurso el calor del público congregado en el Falla casi se puede pellizcar. Morera y los suyos, este año Los que cogieron al mono Amedio y lo quitaron de en medio, no sólo no defraudaron, sino que apuntaron a revalidar el cetro en la categoría de cuartetos.

Pero, si algo había en la sesión que colmó las ansias carnavaleras del más entusiasta aficionado eso fue la reaparición de José Luis Bustelo, autor de comparsas míticas, como Soldaditos, España la nueva o Los Acuarelas, y que en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de 2011 actúan como Los Violinistas, grupo largo de calidad en voces y grande en su repertorio, como no podía ser menos, dado el currículo del autor.

Destellos de calidad en otras de las agrupaciones, muchas ganas de oír y de pasarlo bien por parte de los aficionados, hicieron que la sesión de ayer, tercera del Concurso, fuera satisfactoria desde todo punto de vista. Pero queda mucha tela que cortar, muchos tangos por salir de las gargantas de los coristas, cuplés chirigoteros, pasodobles comparsistas y parodias cuarteteras. O sea.

Las napoleonas
El coro femenino vuelve a la carga para luchar por su Cádiz a base de coplas y plumerazos de voces. Tipo de afrancesadas, napoleonas del tres por cuatro, que este caso no son doce, sino cuarenta. Tangos bien interpretados y con una falseta de calidad. El primero, un alegato al orgullo de sentirse piconera. El segundo, contra la reforma de las pensiones del Gobierno socialista. Cuplés metidos en salsa verde y popurrí de cañonazos de cazón y choco.

Los Canis
Sin trampa ni cartón, una docena de canis cañaíllas, con más oro encima que el negro del Equipo A, incluído el pito, con chándal y gorra, se plantan sobre las tablas para cantar con sentimiento al flamenco, Patrimonio de la Humanidad, en su primer pasodoble. Cuplé a una novia fea, que “era guapa de cara... de cara a la pared”. Ole. Pasacalle angango que hace las delicias del público y popurrí de pandilleros chirigoteros.

La Civilización
La comparsa chiclanera, con tipo de indígenas de civilizaciones américanas precolombinas, dedican el primer de sus pasodobles añas la defensa de los homosexuales. Segundo, de homenaje al desaparecido locutor de radio Pepe Benítez, legendario profesional de las ondas gaditanas. Cuplé a Antonio el Alemania y sus greñas. Segundo a la Ley Antitabaco, que traerá consigo las pulmonías más grandes del mundo, con tanto salir a fumar a las afueras de los bares.

Los que fueron por el mono Amedio...
Cuarteto de Cosa nostra y cosas de Cai, con padrinos muertos, “así de mala tuvo que ser la boda”, y dos mafiosos siameses que hacen los cortes de mangas a medias. Parodia que de tanto besar el anillo del Don, bien parecía un besamanos. Tema libre que explica el porqué de su nombre, ya que robaron el mono Amedio a Marco porque jamás lo podría encontrar, “si no encontró a su madre, que era mucho más grande”. Cuarteti, cuarteti.

Los encantadores de perros
Cascana y sus adiestradores salen a escena a cara de perro, con una presentación ladrada y cantada. Capaces de dominar a cualquier perro, “menos al perro de mi jefe”, dedican un pasodoble al estado de alarma, “y a tener 37 años, no tener trabajo ni casa, y eso sí que es para que salten todas las alarmas”. Ole. Cuplé al trofeo del Mundial de fútbol, “que no viene a Cádiz y no podemos tocarlo... nos conformamos con tocar a Chari de GH”. Guau.

Los violinistas
Con el viento como violinista, “permíteme que presente, yo soy el viento simplemente”. Qué delicia de presentación, bien cantada con el abrigo de los violines. Pasodoble a la tacita y su paisaje de ropa tendía y oleaje y que lleva el nombre de Cádiz “a los cuatro vientos”. Segundo, delicioso, a la defensa del auténtico Carnaval gaditano, “donde manda todo el mundo”. Cuplé de contestación al perro de Cascana. Corre una nueva brisa fresca en la comparsa con el regreso de Bustelo al Concurso. Ole.

Servalamari
Una docena de tarzanas, alguna de ellas con más bigotes que José María Íñigo, representan esta selva de la Mari, o Servalamari sobradas de maquillaje y con alguna liana en los ombligos, que cantan a lo que no van a cantar. Cuplé tan verde como la selva al yamentiendes del novio de una amiga de Nueva Papúa. Muy fino. Estribillo con danza del vientre sui generis. Segundo a la fauna selvática. ¿Dónde está tarzán?

Una vida de cine
La comparsa mixta de Puerto Real, dedicada al séptimo arte, se planta en escena cantando bonito para dedicar un buen pasodoble al Gran Teatro Falla y al “carnaval, dulce veneno que nos dieron a probar”. Segundo a un ser querido que quedó maltrecho tras un error médico. Muy aplaudido. Cuplés cinematográficos dedicados a los viajes de cine malogrados por los controladores y por las catástrofes naturales.

Los malos de verdad
Dos medias docenas de cigarrillos rubios y negros, pues ése es el tipo que traen estos chirigoteros, que cantan a la hipocresía del Gobierno con el tabaco, pues prohíbe su consumo en determinados lugares, pero no su venta ya que con ello se llena los bolsillos. Gran pasodoble a los grupos carnavalescos que llegan desde toda España a cantar sobre las tablas del Falla. Cuplé a Mercedes Milá y a su cruzada antitabaco.