La porno venganza, difundir imágenes íntimas de otra persona para hacer daño, es una práctica al alza. En España un 7 % de los encuestados reconocen haberlo hecho por venganza y un 14 % para asustar a otros. Del otro lado, también un 7 % de personas han experimentado este tipo de abuso.
“La verdad al desnudo” es un informe publicado hoy por la empresa de ciberseguridad Kaspersky, que analiza la práctica de compartir imágenes íntimas con parejas o personas con las que se chatea, que incluso no se conocen personalmente, y las posibles consecuencias.
La encuesta incluyó a 9.033 personas mayores de 16 años en Bélgica, Brasil, Colombia, EE.UU., España, Francia, Grecia, Italia, México, Países Bajos, Perú y Reino Unido, de ellas 1.005 en España. Los datos se recogieron entre el 17 y el 24 de mayo de 2024.
El estudio en España señala que el 15 % de los participantes admite haber compartido imágenes íntimas de otras personas y el 24 % considera que solo por recibirlas y tienen derechos sobre su contenido.
Sin embargo, no todo el intercambio de imágenes íntimas es benigno, “un porcentaje pequeño pero significativo” lo hacen con intención maliciosa. El 7 % de los encuestados que compartieron imágenes lo hicieron por venganza, y el 14 % para asustar a otros, destaca el documento.
Entre los encuestados, el 7 % reconoce haber pasado por ese abuso, cifra que “aumenta significativamente” entre los más jóvenes: el 77 % de 16 y 24 años ha sido víctimas o conoce a alguien que lo ha sido. La cifra es similar (68 %) entre los de 25 y 34 años.
En todos los grupos de edad, el 47 % dijo conocer a alguna víctima, ya sean amigos, ex parejas, conocidos sociales o parientes.
Las denuncias por este tipo de abuso se han casi triplicado en los últimos cinco años. De 1.691 en 2018 a 4.460 en 2023, según datos del Ministerio del Interior, citados en el informe, y se espera que la aparición de la inteligencia artificial (IA) y los ‘deepfakes’ agraven el problema.
La investigación subraya “la creciente normalización de un problema social crítico: el aumento en el intercambio de imágenes íntimas, especialmente entre los jóvenes, sin considerar las consecuencias a largo plazo", en palabras de Marc Rivero, Investigador jefe de seguridad de Kaspersky.
El 22 % de los españoles dice que tiene imágenes explícitas de ellos mismos en sus dispositivos; 42 % en los grupos de edad de 16 a 24 años y de 25 a 34. Las diferencias entre géneros no son significativas.
Una cuarta parte ha compartido esas fotos con otras personas con las que salen o chatean y un 16 % lo ha enviado a alguien que nunca ha conocido en la vida real (18 % hombres y 15 % mujeres). Una vez más la proporción más elevada (45 %) se da entre los más jóvenes, la franja de 16 a 24 años.
Sin embargo, un porcentaje mayor, un 33 % ha recibido ese tipo de material, lo que indica que algunas personas pueden ser remitentes en serie.
El informe destaca que el 22 % de los encuestados tiene imágenes explícitas de otras personas en sus dispositivos. Entre los 16 y 24 años ese porcentaje es del 41 % y de los 25 a los 34 años del 34 %.
En este caso, las mujeres en todos los grupos de edad (22 %) son algo más propensas a tener imágenes de otras personas que los hombres (21 %).
Cuando una persona envía a otra una instantánea íntima propia y se acaba haciendo un mal uso de ella, el 47 % de los encuestados cree que la culpa es de quien envía fotos propias.
Aunque el 85 % cree que compartir imágenes íntimas sin consentimiento debería conllevar las mismas sanciones legales que otras violaciones graves de la privacidad, otro 42 % estima que la IA y las imágenes falsas hacen que la cuestión carezca de sentido, ya que se puede crear y compartir cualquier cosa sin consentimiento.