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Andalucía

Ave, César!

Atravesamos un tiempo en el que debemos aprender a convivir con el temor climático

Publicado: 15/11/2024 ·
09:28
· Actualizado: 15/11/2024 · 09:28
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  • El jardín de Bomarzo.

“Divide y obtén el poder”Julio César.

Atravesamos un tiempo en el que debemos aprender a convivir con el temor climático. Hasta ahora la catástrofe era cosa del telediario, que nos traía imágenes de lugares recónditos y, casi, tercermundistas, no iba con nuestro mundo perfecto de luces de colores y supermercados, de paseos marítimos metidos en el mar y urbanizaciones con campos de golf en zonas inundables. Y nos damos cuenta, aterrorizados, que el clima, el agua, las tempestades no entienden de barreras, ni de iluminación hermosa que anuncia la Navidad porque unos grados más aquí o allá desencadenan lo nunca visto y arrasan y hay que empezar a ser conscientes de que no estamos en absoluto preparados para ello. En ningún sentido.

Si es evidente que la gestión por la Dana ha sumido a las dos principales formaciones del país en una crisis profunda de descrédito referente a su capacidad de gestión también lo es que, a día de hoy, afecta por encima a Mazón y al PP por incapacidad manifiesta y hasta Feijóo muestra cierta tendencia a desmarcarse asegurando que él hubiese decretado el nivel tres de emergencia, ante lo cual el presidente valenciano se ha quedado públicamente solo a la espera de que llegue el momento del juicio final. Su misteriosa comida con una periodista el día de la catástrofe, sin cobertura, en un país propenso a la narrativa figurativa con tendencia escabrosa y más si circula la idea, como es el caso, de un tonteo manifiesto, no le ayuda mucho y aún menos su rostro desencajado como quien no sabe dónde posar la mirada. El PSOE, pese a no salir indemne de la situación, ha olido a sangre porque por día cala más en la sociedad que la máxima competencia era de la comunidad autónoma, al tiempo que Vox suma porque estas situaciones vuelcan extra en extremos radicales como es el suyo y, más, cuando al otro extremo andan vaciándose con el lío macabro de Errejón.

Por unos días el PSOE meditó retrasar el congreso federal previsto para finales de noviembre en Sevilla a cuentas de esta crisis nacional, pero una vez medidos los desgastes ha optado por continuar con el calendario y convertir el acontecimiento en un cónclave donde lavar imagen e intentar mostrarse sólido en torno a su presidente, Pedro Sánchez, que saldrá aclamado, a pesar de todo, sin fisuras -ave, César-. Y ya veremos para entonces en qué momento de desgaste se encuentra el PP en su desastrosa gestión valenciana, pese a sus intentos de sacudirse la principal responsabilidad y trasladarla al gobierno central obviado, por interés partidista, el sistema competencial español. 

PSOE-A. Hay dos situaciones que prácticamente nadie en Andalucía pone en duda. Una es que a Juan Espadas le falta materia prima para ser un líder sólido con el que recuperar la Junta de Andalucía y, dos, que se diga lo que se diga y lo diga quién lo diga, al final se hará lo que Pedro Sánchez, ave, César, decida. Hay otra: salvo una catástrofe no prevista, el PSOE no tiene prácticamente ninguna opción de gobernar tras la siguiente convocatoria autonómica e, incluso, se teme que Juanma Moreno adelante para el próximo año, que sería el tercero de esta legislatura. Ante lo cual lo más razonable sería mantener a Juan Espadas como secretario general y candidato y la madre de todas las batallas para su sucesión dejarla para las autonómicas de dentro de seis años –o sea, renovar dentro de dos-, más cuando actualmente no se vislumbra ningún candidato de talla que sume un extra para arañar votos a un Juanma Moreno al que la sanidad y el desgaste propio del gobierno le pueden estar restando pero que, aún así, se le ve lejos de poner en peligro sus opciones de gobierno y ni los desajustes de su propio partido –valencianos o del propio liderazgo de Feijóo- le afectan al ser en Andalucía más potente la marca Juanma que la que representa el PP.

Pero una cosa es lo que la lógica dicte o lo que Pedro Sánchez, ave, César, decida llegado el momento y otra, bien distinta, es cómo maniobre el ejército socialista andaluz a la espera de que un viento del norte marque tendencias. Juan Espadas visitó a principios de semana a Santos Cerdán, número tres del partido y actual secretario de organización, para negociar el calendario y que su congreso regional sea en febrero, no dilatarlo, no darle tregua a los inquietos. También para mostrar incomodidad por los movimientos en las provincias de su pupilo Juanfran Serrano, que es el cabeza visible al que se agarran los más críticos con Espadas como, por ejemplo, Juan Carlos Ruiz Boix, secretario general de Cádiz, o Mario Jiménez, que curiosamente habla estos días de renovación –el mismo Mario que lleva décadas de parlamentario- y como ha sido apartado -le gustaría desempeñar el papel que hoy tiene Rafa Márquez- se vuelve a encontrar en la misma orilla donde chapotean Susana Díaz, televisiva y siempre inquieta, o un Jiménez Barrios que igual se animaría a dar la pelea final a pesar de haber perdido en este tiempo muchas relaciones como, por ejemplo, la de mucha cercanía que tenía con Fernando López Gil, inquieto también aunque desde aquellos twits desastrosos contra Pedro, ave, se cuida mucho de dejarse notar públicamente aunque por todos es conocido su inagotable capacidad de movimiento.

¿Realmente Serrano quiere liderar la corriente crítica en este congreso de febrero? Para ello, Pedro Sánchez, que ahora mismo está en otras cosas y que, desde luego, a día de hoy no contempla la posibilidad de sustituir a Espadas, le tendría que dar el visto bueno y no lo ha hecho, al contrario. Por eso Serrano anda quieto, aunque inquieto, no sabiendo si poner un pie en Boston y otro en California, mientras que por debajo los críticos al liderazgo actual se mueven para que sí haya una lista alternativa y la encabece él con el beneplácito de Santos, que hará lo que César diga. Paco Reyes, el secretario general y presidente de la Diputación de Jaén, de momento calla, espera, públicamente dice que no hay fisuras ante el liderazgo de Espadas, internamente juega a medir el momento porque también sabe que sus días al frente del socialismo jiennense se acercan al final y llegado el momento quiere dejar aquello bien legado…; mantiene cercanía y, al mismo tiempo, pulso medido con el otro poder actual del socialismo andaluz. El sevillano.

El poder más sólido del socialismo andaluz es el sevillano. Y Javier Fernández no defenderá ninguna alternancia sobre Juan Espadas porque ni ve un candidato alternativo que luzca, en absoluto estaría en favor de Serrano sino más bien todo lo contrario, ni entiende que sea el momento de un relevo por el que más adelante, quizás, pudiera competir él mismo, todo ello -claro está- salvo que Sánchez opine esto o aquello o todo lo contrario y, en ese caso, ave, César…

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