Mario Draghi sustituye a Trichet al frente del BCE en tiempos de turbulencias
La UE ha tenido que superar un obstáculo de última hora, producido por la reticencia francesa a perder su representación en el órgano.
El gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, fue confirmado este viernes en la cumbre de la UE como sustituto del francés Jean-Claude Trichet al frente del Banco Central Europeo, cuya responsabilidad principal será buscar la estabilidad del euro.
Los jefes de Estado y de Gobierno europeos confirmaron a Draghi, quien asumirá el cargo en noviembre próximo, en la segunda jornada de la cumbre que la UE celebró en Bruselas, con lo que se cerró una de las fuentes de incertidumbre que pesaban sobre la zona euro durante la mayor crisis vivida en la historia de la unión económica y monetaria.
Para lograr la designación de Draghi, la UE ha tenido que superar un obstáculo de última hora, producido por la reticencia francesa a perder su representación en el máximo órgano de gestión de la institución monetaria, cuando expire el mandato de Trichet.
Pese al apoyo expreso que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, formuló a Draghi el pasado 26 de abril, París había exigido que el italiano Lorenzo Bini Smaghi renunciase a su puesto de consejero en el instituto emisor para dejar paso a un francés, atendiendo a la regla no escrita según la cual los principales países de la zona euro están representados en el órgano de gestión.
Este viernes, el banquero italiano accedió finalmente a las presiones de Francia e Italia para que abandonara su puesto, tras una conversación telefónica que mantuvo con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al margen de la cumbre.
"He tenido un contacto telefónico con el señor Bini Smaghi, quien me ha informado personalmente a cerca de su intención de no terminar su mandato como miembro del consejo de dirección", explicó Van Rompuy.
"El problema del equilibrio geográfico está resuelto", indicó a ese respecto el presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien rechazó revelar quién será el sustituto del italiano en la junta del BCE.
Ante las críticas de injerencia en la institución monetaria independiente, la canciller Angela Merkel aseguró que su independencia y la estabilidad está "plenamente garantizada".
Van Rompuy añadió que "el Consejo Europeo respeta plenamente la independencia del BCE y de sus miembros".
En ese sentido, "corresponde a Bini Smaghi decidir el calendario" de su salida, según Van Rompuy, aunque tanto Merkel como Sarkozy confiaron que ésta se producirá a tiempo del relevo de Trichet.
Respecto al nombramiento de Draghi, Van Rompuy confió en que "ejercerá un liderazgo fuerte e independiente" de la institución, "continuando la tradición establecida por sus antecesores".
Este liderazgo "es esencial en tiempos normales e indispensable en tiempos difíciles" como los que vive actualmente la unión monetaria, a juicio de Van Rompuy.
"Le conozco bien, sé de su compromiso con Europa, su excepcional competencia en asuntos económicos y monetarios", dijo por su parte el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
El gobernador del Banco de Italia, que actualmente ya es miembro del consejo del BCE, aboga por un estricto control de precios en la zona euro y una mayor integración económica para evitar nuevas crisis de deuda como la de Grecia.
Desde que comenzó a hablarse de la contribución de la banca al segundo rescate griego, Draghi se ha alineado con el todavía líder de la institución monetaria, al alertar de los peligros que acarrearía una reeestructuración de la deuda griega sobre el sector bancario del país y también sobre los países de la periferia de la zona euro más expuestos al contagio.
El italiano ya había recibido el apoyo de los ministros de Finanzas de la zona euro y el respaldo del Parlamento Europeo, en un voto consultivo celebrado este jueves, aunque para ser confirmado oficialmente tendrá que volver a pasar por el consejo de ministros de Finanzas, probablemente en julio.
El paso de Draghi a la presidencia del BCE fue posible después de que el ex gobernador del Bundesbank Axel Weber, defensor a ultranza de las férreas políticas de control de la inflación y favorito de Alemania, se retirara de la carrera por el puesto por sus discrepancias con la política de adquisición de bonos del BCE durante la crisis de la deuda.
Las sombras en el expediente de Draghi, de 63 años, están relacionadas con el papel que desempeñó como vicepresidente del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, acusado de ayudar a maquillar las cuentas públicas al anterior Ejecutivo griego para esconder los altos niveles de endeudamiento del país.
Por su parte, primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no descartó ofrecer a Bini Smaghi la presidencia del Banco Central de Italia, puesto para el que consideró que está "cualificado" y que queda libre con la partida de Draghi a Fráncfort, donde está la sede del BCE.
Los jefes de Estado y de Gobierno europeos confirmaron a Draghi, quien asumirá el cargo en noviembre próximo, en la segunda jornada de la cumbre que la UE celebró en Bruselas, con lo que se cerró una de las fuentes de incertidumbre que pesaban sobre la zona euro durante la mayor crisis vivida en la historia de la unión económica y monetaria.
Para lograr la designación de Draghi, la UE ha tenido que superar un obstáculo de última hora, producido por la reticencia francesa a perder su representación en el máximo órgano de gestión de la institución monetaria, cuando expire el mandato de Trichet.
Pese al apoyo expreso que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, formuló a Draghi el pasado 26 de abril, París había exigido que el italiano Lorenzo Bini Smaghi renunciase a su puesto de consejero en el instituto emisor para dejar paso a un francés, atendiendo a la regla no escrita según la cual los principales países de la zona euro están representados en el órgano de gestión.
Este viernes, el banquero italiano accedió finalmente a las presiones de Francia e Italia para que abandonara su puesto, tras una conversación telefónica que mantuvo con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al margen de la cumbre.
"He tenido un contacto telefónico con el señor Bini Smaghi, quien me ha informado personalmente a cerca de su intención de no terminar su mandato como miembro del consejo de dirección", explicó Van Rompuy.
"El problema del equilibrio geográfico está resuelto", indicó a ese respecto el presidente francés, Nicolás Sarkozy, quien rechazó revelar quién será el sustituto del italiano en la junta del BCE.
Ante las críticas de injerencia en la institución monetaria independiente, la canciller Angela Merkel aseguró que su independencia y la estabilidad está "plenamente garantizada".
Van Rompuy añadió que "el Consejo Europeo respeta plenamente la independencia del BCE y de sus miembros".
En ese sentido, "corresponde a Bini Smaghi decidir el calendario" de su salida, según Van Rompuy, aunque tanto Merkel como Sarkozy confiaron que ésta se producirá a tiempo del relevo de Trichet.
Respecto al nombramiento de Draghi, Van Rompuy confió en que "ejercerá un liderazgo fuerte e independiente" de la institución, "continuando la tradición establecida por sus antecesores".
Este liderazgo "es esencial en tiempos normales e indispensable en tiempos difíciles" como los que vive actualmente la unión monetaria, a juicio de Van Rompuy.
"Le conozco bien, sé de su compromiso con Europa, su excepcional competencia en asuntos económicos y monetarios", dijo por su parte el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
El gobernador del Banco de Italia, que actualmente ya es miembro del consejo del BCE, aboga por un estricto control de precios en la zona euro y una mayor integración económica para evitar nuevas crisis de deuda como la de Grecia.
Desde que comenzó a hablarse de la contribución de la banca al segundo rescate griego, Draghi se ha alineado con el todavía líder de la institución monetaria, al alertar de los peligros que acarrearía una reeestructuración de la deuda griega sobre el sector bancario del país y también sobre los países de la periferia de la zona euro más expuestos al contagio.
El italiano ya había recibido el apoyo de los ministros de Finanzas de la zona euro y el respaldo del Parlamento Europeo, en un voto consultivo celebrado este jueves, aunque para ser confirmado oficialmente tendrá que volver a pasar por el consejo de ministros de Finanzas, probablemente en julio.
El paso de Draghi a la presidencia del BCE fue posible después de que el ex gobernador del Bundesbank Axel Weber, defensor a ultranza de las férreas políticas de control de la inflación y favorito de Alemania, se retirara de la carrera por el puesto por sus discrepancias con la política de adquisición de bonos del BCE durante la crisis de la deuda.
Las sombras en el expediente de Draghi, de 63 años, están relacionadas con el papel que desempeñó como vicepresidente del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, acusado de ayudar a maquillar las cuentas públicas al anterior Ejecutivo griego para esconder los altos niveles de endeudamiento del país.
Por su parte, primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, no descartó ofrecer a Bini Smaghi la presidencia del Banco Central de Italia, puesto para el que consideró que está "cualificado" y que queda libre con la partida de Draghi a Fráncfort, donde está la sede del BCE.
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