El pasado 9 de enero supuso un hito para el sector bancario en Europa. El nuevo Reglamento de la Unión Europea obliga a todas las entidades financieras a equiparar el precio de las transferencias ordinarias y las inmediatas, un cambio que ha provocado un incremento sin precedentes en las tarifas de las transferencias ordinarias. Ahora, su coste medio asciende a 2,95 euros, lo que representa un encarecimiento del 134% en los últimos dos años. Por su parte, las transferencias inmediatas, que en 2023 costaban 3,65 euros y en 2024 subieron ligeramente a 3,69 euros, han visto estabilizado su precio.
Pese al aumento de costes, la mayoría de los clientes no sentirán el impacto directo de estas tarifas gracias a los acuerdos de vinculación que las entidades ofrecen habitualmente. Domiciliar la nómina, recibos u otros productos financieros son prácticas comunes que eximen a los usuarios de pagar estas comisiones. Además, plataformas como Bizum, que ha mantenido una política de gratuidad en sus servicios, siguen siendo una opción popular y sin coste para millones de personas.
Sin embargo, las transferencias inmediatas presentan riesgos que los usuarios deben conocer. Según la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN), estas operaciones son irreversibles desde el momento en que se ejecutan, lo que las convierte en una opción menos segura si no se tiene total confianza en el destinatario. En contraste, las transferencias ordinarias permiten la cancelación mientras el dinero no haya salido de la cuenta del cliente, siempre que se respete la hora de corte establecida por cada banco, que suele situarse entre las 11:00 y las 14:00 horas de lunes a viernes.
ASUFIN también destaca que las transferencias inmediatas, al ser procesadas en apenas 10 segundos, dejan menos margen de actuación en caso de error. Para combatir estas vulnerabilidades, la Comisión Europea ya trabaja en nuevas medidas técnicas que refuercen la seguridad de estas operaciones. Entre las soluciones propuestas se incluye la posibilidad de verificar previamente el IBAN o visualizar las iniciales del destinatario antes de confirmar la transacción.
