Encuentran 300 sepulturas en el entorno de la Ermita de Santa Clara

Tres semanas de excavaciones, que es lo que lleva la arqueóloga Ester López en el entorno de la Ermita de Santa Clara, han dado para mucho, como admite esta profesional. Son 300 las sepulturas que se han encontrado por el momento, del periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo XVII y XVIII, y no se descarta encontrar aún más en lo que resta de excavacaciones. Además, la arqueóloga confirma que se han encontrado igualmente elementos de gran valor.

Queda por rastrear “una mínima parte”, pero se ha sacado mucho material del trabajo ya concluido, por ello López explica que “hay material suficiente para una exposición”, así como indica que, una vez finalice su labor, con los datos recopilados se hará una publicación para que todos los portuenses puedan conocer esta parte de la historia, de la que hay poca documentación, insiste.

Ester López y el edil de Vivienda, Antonio Jesús Ruiz, confirman que se podría haber conservado mucho más material, pero debido a que la ley de patrimonio, ahora más estricta, era benévola, provocó que la construcción en los años ochenta de los antiguos edificios de Santa Clara, que tuvieron que ser derribados por el mal estado en el que quedaron tras ser habitados, hayan eliminado muchos restos del entorno de la Ermita. Así, concretamente en el espacio en el que se está trabajando en la actualidad corresponde a lo que antes era la calle Daniel Ortega, y el asfaltado ha provocado que se hayan podido conservar los restos que ahora se estudian y se están extrayendo de la tierra, pero en cambio debido a la construcción de los edificios de viviendas se ha perdido mucho material rico en información de la época.

Es más, las catas, obligadas por la Delegación Provincial de Cultura, se han extendido en el terreno, en la zona más cercana a la calle Cruces, y no se han encontrado más que canalizaciones y tuberías de la construcción de los años ochenta. Ahora, explica López, la ley obliga a que toda construcción lleve parejo, sobre todo si hay indicios de importancia de la zona, un estudio arqueológico.

Pues bien, contextualizando en la historia de la ciudad, la arqueóloga reconoce que “a partir del siglo XVI se entierran los cuerpos en esta zona de la Ermita, siendo de las pocas que quedan de dicha etapa”, por lo que aumenta su valor. Con todo, explica que los restos encontrados dan una visión genérica de la “etapa más reciente, del momento último en que se utilizaba la ermita, pues ya después pasaron al cementerio, que data de 1806”.

Todos los restos que se han encontrado, y que incluso no han sido restaurados, y que también pueden rondar la cifra de entre 200 ó 300, irán al museo, “para que todos los ciudadanos los puedan disfrutar”, indica el edil de Vivienda.

A nivel arqueológico, Ester López informa de que “son restos muy particulares y de una riqueza bastante alta, por lo que estoy muy satisfecha a nivel de investigación de las excavacaciones”, destacando la ayuda que está teniendo del equipo técnico de Suvipuerto.

Este valor provoca por un lado que se piense en una exposición de todo el material recopilado, indicando Ruiz que podría montarse, siendo una iniciativa de Suvipuerto y Patrimonio Histórico, área dirigida por María Antonia Martínez, entre finales de 2011 y principios de 2012. Y por otro lado, quiere tranquilizar a los adjudicatarios de las viviendas de Santa Clara, pues como ya anunciara, las excavacaciones no van a provocar retraso en el comienzo de la construcción, previsto para el mes de septiembre.

Los restos

Los restos óseos, e incluso se pueden ver a pie de la excavación, muestran parte de ese ajuar tan rico del que habla la arqueóloga, pero hay otros muchos elementos que, sin aún ser restaurados, ya muestran parte de su singularidad. Entre los restos encontrados, parte del ajuar con el que fueron enterradas algunas de esas personas, lo que denota, en muchos casos, su poder adquisitivo, como lo muestra también la cercanía con la Ermita de Santa Clara, se encuentran medallas, crucifijos, rosarios o los alfileres de los sudarios. Parte de las mismas son de bronce, tienen gran calidad, “que sólo he visto en el Renacimiento italiano”, explica Ester López, y aún estando sucias muestran su esplendor.

Además, parte de estos símbolos cristianos dan cuenta de las relaciones de ultramar que se establecían en la ciudad con el nuevo mundo, América, puesto que, como indica López, hay medallas que muestran a la Virgen del Milagro de Lima o Guadalupe de Mexico, así como San Juan de Nepomuceno, ligado a los jesuítas. “No conozco colección con tanta riqueza”, reconoce la profesional.

Por otro lado, hay “conchas del Xacobeo”, lo que también indica que este espacio, al pertenecer a la Zona Norte de la ciudad, era comienzo de la ruta Xacobea; escapularios; cuentas de azabache de un rosario; monedas de cobre de mala calidad pero de la época; gemelos; muchos apliques de vestimenta, como parte de uniformes militares de náufragos que pueden pertenecer a la batalla de Trafalgar, e incluso botones de los mismos y el bordado de la flor de lis de otros. Y aunque no son abundantes los enterramientos infantiles, también se ha extraído de la tierra una cruz perteneciente a una niña y unos pendientes de plata.