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Maribor, un pequeño paraíso

Estoy seguro de que a priori, Maribor, le sonará como la segunda ciudad de Eslovenia. Eso significa, más o menos, que ser la segunda ciudad de un pequeño país, garantiza que la ciudad que vamos a visitar es pequeñita, agradable y muy receptiva para los peatones

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  • El Ayuntamiento. -

Estoy seguro de que a priori, Maribor, le sonará como la segunda ciudad de Eslovenia. Eso significa, más o menos, que ser la segunda ciudad de un pequeño país, garantiza que la ciudad que vamos a visitar es pequeñita, agradable, muy receptiva para los peatones, a medida de las personas y, simplemente, encantadora. La garantía se cumple en una ciudad que con 125.000 habitantes, a orillas del Drava -uno de los seis ríos más importantes de Eslovenia- y a los pies de las montañas de la Sierra de Pohorje -con unos 1.000 km2 de extensión aproximadamente-, apasiona tanto a visitantes como a sus propios habitantes, entre los que incluyo a mi buena amiga Jasna Vogrin, una auténtica enamorada de su ciudad.


En Maribor se puede caminar tranquilamente, comer y cenar de forma exquisita, practicar excursionismo, ir a la universidad, navegar en canoa y en invierno, esquiar. Un pequeño paraíso, ¿cierto? Pues vamos a conocer esta maravilla de ciudad.


Maribor es una ciudad que recibió sus derechos como tal allá por el año 1254 y que creció especialmente gracias a la línea de tren que unía la capital del imperio Austro-Húngaro con Trieste, su principal puerto mediterráneo. Capital Europea de la Cultura en 2012 y sede de los Juegos Universitarios de Invierno en 2013, conocer Maribor es, sinceramente, todo un ejercicio de placer y tranquilidad. Le recomiendo, como hago con otras ciudades, que tome algunas de sus plazas como puntos de referencia. Así, en la parte norte de Maribor, encontrará Svobode Trg o Plaza de la Libertad, un buen lugar donde poder ver construcciones típicas de la época de la Yugoslavia del Mariscal Tito, quien sigue conservando una calle con su nombre. En el área de influencia de Svobode Trg descubrirá tres lugares donde empezar a explorar el Maribor más genuino. La Iglesia Franciscana con sus dos torres en punta precede a la bodega Vinag, que con más de 20,000 m2 de superficie, casi 5 km de pasillos y más de 5 millones de litros de vino, es parada casi obligada en una ciudad con tradición y calidad en la elaboración de vinos blancos. El Castillo de Maribor, el Hrad, junto a las bodegas y con fachada a la plaza del Castillo o Hradski Trg, completan la pequeña trilogía inicial.


A través de la pequeña red de calles peatonales del centro, tupidas de comercios, bares y restaurantes, podrá llegar a Slomskov Trg, agradable, muy agradable, encantadora y tranquila plaza, en la que, además de las oficinas de Visit Slovenija, encontrará un precioso edificio de la Universidad de Maribor -que alberga el Rectorado-, el Teatro Nacional Esloveno, la Catedral y un edificio que no se menciona en muchas guías, pero del que recomiendo admirar su fachada. Me refiero a la sede central de Correos, con un impactante aspecto verde, su estilo neoclásico y los elementos decorativos que conforman la fachada, deleitarán a aquellos que admiran la arquitectura. En un pequeño rincón de la plaza verá nuestro restaurante de referencia: Novi Svet, especializado en pescado fresco, su carta también ofrece la casi obligada en Eslovenia -especialmente en invierno-, sopa de champiñones, el pan casero habitual de los hogares de Maribor, y una elección de vinos locales que le pondrán en un aprieto -¡los querrá probar todos!-. A pocos metros, Glavni Trg, la plaza principal de Maribor, alberga el Ayuntamiento y la columna de las plagas, recordando una penosa parte de la historia de la ciudad.


El puente viejo, al otro lado de la calle, y sobre el río Drava, le indicará donde está Lent, el barrio más antiguo de la ciudad. Escarpado sobre la pequeña montaña que se erige sobre el río, Lent es el lugar perfecto donde tomar una copa, almorzar, cenar y hasta alojarse en alguno de sus hoteles. La “bajada” a Lent -y lo pongo entre comillas porqué realmente, hay que bajar por unas escaleras-, le lleva al boulevard que se extiende en paralelo al río. Podrá ver importantes monumentos como la Torre del Agua, la Sinagoga, la Torre de la Justicia -que da paso al mercado al aire libre, muy interesante de ver porqué verá los alimentos de alta calidad que se cultivan en la campiña de esta parte de Eslovenia- y la Starta Trta, la vid más antigua del mundo con cuatro siglos de historia. Fiel reflejo de la cultura vitícola del país, Eslovenia se enorgullece de poseer la cepa de vino más longeva del mundo alrededor de la cual podrá visitar un interesante museo.


Para acabar en Maribor, y en la parte norte, aunque sólo a tres calles de la plaza Svobode, encontrará Mestni Park, el “parque de la ciudad”, un auténtico bosque donde relajarse a tan sólo cinco minutos del centro. Si lo que prefiere es una ruta de senderismo en invierno o una sesión de deportes de invierno en temporada, Pohorje, a tan sólo unos pocos km es su mejor elección. Para que se haga una idea, le llevará más tiempo tomar un autobús o un vehículo particular, así como las maniobras de estacionamiento en la llegada, que el propio trayecto en sí a la zona de montaña. ¿No le gustaría vivir en una ciudad así? A mí, sí. Disfrútela. Sus gentes son muy amables y amigables. Dedico estas líneas a mi buena amiga Jasna.

 

FICHA PRÁCTICA: 

Dónde dormir: www.visit-slovenia.si Especialistas no sólo en Maribor, sino en toda la zona. Le ofrecerán la mejor opción.

Dónde comer: Novi Svet, especializados en pescado y con una carta de vinos eslovenos excelente.

Cómo moverse: A pie, necesitará transporte público o vehículo particular para desplazarse a Pohorje.

Dónde informarse: www.visit-slovenia.info Muy buena información.

Cómo llegar: El aeropuerto de Ljubljana es la mejor referencia. Ciudades como Graz, en Austria, no están lejos.

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